El martes, 1 de marzo, se inauguró la exposición gráfica y audiovisual sobre los cien años de la Asociación de la Prensa de Oviedo, que no es otra cosa, que un siglo de periodismo en Asturias, una provincia que ha sido cantera de profesionales para el resto de España y América.
Coincidiendo con la cita, a la que asistieron decenas de periodistas, aproveché para pedir firmas de apoyo a la iniciativa de Borja para que el Ayuntamiento de Cangas de Onís le de el nombre de Periodista de Pueblo a una calle. Vélez, por su parte, reinvindicaba la figura de Arias de Velasco, al que considera el mejor periodista de Asturias, y reclama que Oviedo lo incluya en su callejero.
Cien años de trabajo periodístico en Asturias dan para mucho y los que hoy somos herederos del buen hacer de nuestros predecesores, vemos que el periodismo ya no es lo que era.
Dónde está el olfato periodístico, si lo que prima son las ruedas de prensa, los comunicados y el trabajo soterrado de lobbys de presión y gabinetes de prensa.
Dónde está la imaginación, si el periodismo está más cerca del funcionariado que de las profesiones liberales.
Dónde está la libertad de expresión si, aunque no haya censura explícita, existe mucha autocensura y mucho miedo, por parte de las empresas, a perder la publicidad, la privada y la institucional.
Dónde están las noticias, si casi nadie se atreve a levantar alfombras, ni a escuchar las denuncias de la calle.
Mi homenaje a todos los periodistas que han sido en ésta región, la mayor parte periodistas de pueblo, aunque con el tiempo hayan pasado a la Corte.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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