Fue un 8 de marzo cuando un grupo de mujeres dijo !basta¡ a la situación de marginación que sufrían en Estados Unidos. Pasaron muchos años desde entonces y aquella reivindicación, vista desde algunas esquinas de nuestro mundo parece ridícula, pero en otros muchos rincones aún es una quimera y está muy lejos de conseguir que las mujeres sean tratadas o consideradas personas.
No me gustan nada los días de celebraciones, pero si sirven para algo, bienvenidos sean. El Día de la Mujer Trabajadora tendría que ser todo el año. Ese homenaje se lo ganan a diario millones de mujeres que se multiplican para estar en varios frentes a la vez. Estoy pensando, tanto en las del medio urbano, que tiene su especial código para sobrevivir en la jungla de cemento y asfalto, y a las del medio rural que se rigen por las reglas de la naturaleza. Pienso en las mujeres del primer mundo y las del quinto mundo, que lo hay y siempre está más cerca de lo que imaginamos.
Martes de Carnaval y de reivindicación de la mujer. Hoy vi una , en un Centro Comercial, disfrazada con un burka o un antifaz. Pues yo apuesto por la desaparición de todos los burka, especialmente, los mentales, que impiden a mucha gente ver a la mujer como ser humano.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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