domingo, 28 de agosto de 2011

Concierto sobre la hierba en Misiegu

La agrupación Musical Misiegu y la Asociación de Vecinos Playa de Rodiles de Seloriu demostraron hoy que otro mundo es posible. Sí, que es posible otro mundo más sencillo, más humano y más barato.
El milagro se produjo a través de un concierto de verano que llaman "Concierto sobre la hierba", celebrado en la Casina de Misiegu, al que asistieron más de 200 personas que se sentaron en sus sillas de playa, o en el suelo, y en el que se interpretaron obras de Bach, Mozart, Mendelssohn, Dvorak y Schumann.
El pretexto era hacer un homenaje póstumo a Enrique Correa, violonchelista de la Orquesta de Radiotelevisión Española, propietario de la casa más antigua de la zona y la más llamativa por su originalidad arquitectónica. Su hijo, Luis Correa, alma del evento y titular de la casina, nos contó que fue construída en 1898.
Creo que éste sábado, 27 de agosto, se dio el primer paso para una idea que se podría institucionalizar en los veranos de Villaviciosa. Está demostrado que todas las iniciativas culturales cuentan con la respuesta del público y que no tienen porqué  atender a presupuestos multimillonarios . El lugar, al lado de la Ría, con la marea bajando, suponía un marco incomparable.
Selorio tiene otro auditorio único, por su acústica: la cantera de La Enciena, que ahora está llena de matorrales y de basuras, el estado habitual de la mayor parte de todos los espacios públicos de la Ría de Villaviciosa.
El gaitero Hevia también es un asiduo de la zona y suele tocar en el Prementoriu, un prado muy próximo a la cantera, que permite la audición a kilómetros de distancia.

El concierto de clásica, que fue seguido de música moderna con el Trio Open Mind, recuerda a la Europa del Renacimiento. Y, si es verdad que ésta crisis económica nos lleva a un Renacimiento de sistema, en Misiegu, ya dimos el primer paso hacia ése nuevo concepto.

Gracias a los músicos Pedro Romero (violín), Alex Bustamante (violín), Elizabeth Romero (violín y viola), Luis Correa (violonchelo), Mary R. Casaux (piano) y Pablo Marín Correa(Piano).

El concierto, como la hierba, crece

Dos años después, en 2013, el concierto creció al mismo ritmo que la asistencia del público. Este año rondó las 600 personas y los músicos hasta dieciséis.


Concierto en 2013, dedicado a Vivaldi.

Seiscientas personas se dieron cita en la casina de Misiegu.

jueves, 25 de agosto de 2011

¿Qué culpa tienen los somalíes de estar en un lugar tan estratégico?

El problema de la hambruna de Somalia no surgió de la noche a la mañana. Viene de muy atrás, pero como son paupérrimos y no dan la lata, lo más que hacen es morirse o matarse entre ellos, pues los dejamos a su suerte.
Ejemplos para contrastar tenemos muchos, pero el más reciente es el de Trípoli. En éste momento, los rebeldes, como les llaman, a los revolucionarios, están entrando en los cuarteles del líder máximo, con la ayuda de los ejércitos internacionales.
Y no quiero decir que la solución de Somalia sea nuestra, de los que andamos por la calle, no, es de mucho más arriba, de los mismos que expoliaron el país, hoy sin Gobierno. No es nuestra responsabilidad, pero sí tendremos que pagar las consecuencias de la insolidaridad.
Me llamó la atención ver en Asturias a un obispo somalí, tan campante él. Si allí mismo miran para otro lado al pasar delante del problema, qué no vamos a hacer aquí, a miles de kilómetros.
Mi amiga Raquel Fernández, responsable de prensa de UNICEF me pide ayuda para Somalia. Como tengo mi propia ONG y soy pobre, no puedo prodigarme mucho, pero, lamentablemente, la solución está en otro sitio.
Conocí la miseria digna en el Burundi, recién salido de una guera, y en Malaui, con pobres paupérrimos, pero quien más y quien menos tenía un poco de harina de maíz para echarse a la boca. Pero lo de Somalia, eso es otra cosa, eso clama al cielo, pero estamos inmunizados contra ése drama. Ahí sí tendrían que ir las tropas internacionales y pacificar la zona, lo primero, luego darles medios para extraer agua y, a partir de ahí, todo funciona.
Es posible que Somalia no tenga petróleo, pero sí tiene un territorio estratégico en lo que llaman el cuerno de África, muy codiciado a costa de lo que sea. Una buena parte del país es tierra yerma, pero también lo quieren libre de gente y lo conseguirán. Matándolos de hambre, es fácil que se mueran.
El ex ministro español Miguel Ángel Moratinos, reciente candidato a dirigir la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, decía en su campaña que tenía las claves para acabar con el hambre. Espero que no las guarde más y eche una mano en este caso tan sangrante.
Y los medios de comunicación, ¿qué dicen?, ¿qué denuncian?; están muy ocupados con lo que pasa un poco más arriba. Están distraídos con los fuegos de artificio.




domingo, 21 de agosto de 2011

Curar la infelicidad y el envejecimiento

El pasado viernes tuve que acudir como acompañante a una consulta de Neurología. La experiencia fue dura.
Nos recibe una médico que nos invita a sentarnos, pero sin levantar la vista de la pantalla del ordenador.
Mientras esperábamos que nos hiciese caso tuve tiempo para leer un cartel, en letras de cuerpo cuarenta, por lo menos, que estaba pegado en un tablón, justo detrás del puesto de la facultativa y que decía lo siguiente:  
En ésta consulta no se 
cura el envejecimiento,
ni la infelicidad.
Qué pena que en una consulta médica se parta de unas premisas tan alejadas del Código Hipocrático. Desde el momento que ya no se cura algo es que fallan los cimientos. Si lo fácil sería curar esos dos males del alma, y, curándolos se sanarían muchos otros males del cuerpo. Lo malo es que a algunos médicos sólo les interesan las enfermedades físicas.
Don Luis Fernández-Vega, ofatalmólogo, tenía un medicamento al que le adjudicaba cualidades milagrosas. Se llamaba el CICACOA y no era otra cosa que una mezcla de Ciencia, Cariño, Comprensión y Ánimo. 
Y yo me atrevería a decir que ¡pobre de la Facultad de Medicina! que no enseñe a aplicar ése medicamento mágico. Es sabido que muchas enfermedades se curan con cinco minutos de atención; con una palmada en la espalda o con una palabra de ánimo. Pero para hacer eso, además de tiempo, hay que tener la predisposición y el amor a los que llegan a la consulta. Los burócratas nunca podrán curar lo que no se ve, aunque sea muy evidente, ni intuir lo que no se dice, aunque sea un clamor. No verán más allá de sus narices, o mejor, de su pantalla de ordenador.
Creo que se nos van por las alcantarillas de la Selectividad muchos médicos y médicas de vocación que, posiblemente no lleguen a ésa nota fatídica que piden para entrar en Medicina y se queden con las ganas de ejercer una profesión vocacional. Se quedarán en el camino, se irán por otros derroteros, pero seguro que a ellos nunca se les ocurriría decir a nadie que no les curan, y mucho menos el envejecimiento y la infelicidad. 
¡Qué miedo y qué pena!



domingo, 7 de agosto de 2011

Los bancos tienen el poder que les regalaron durante muchos años

Cría cuervos y te sacarán los ojos. Pues eso es lo que hicieron los bancos y los llamados mercados financieros con los poderes políticos que tanto les contemplaron y tanto les consintieron. Ahora, como ya no tienen nada para conseguir a cambio, pues van a degüello.
Los titulares de los periódicos de los últimos días dan pánico. Sino fuera tan triste y tan trágico sería para reírse de los políticos que creían que los del dinero eran sus amigos. Pues no, os están utilizando, bien para conseguir subvenciones; obra pública o favores que a la larga salen muy caros a todos.
A los bancos les pusieron en sus arcas las pensiones; las cuotas del paro y las nóminas de todos los españoles y ahora son como un agujero negro que se lo traga todo. A las empresas grandes les dieron casi toda la obra pública que se precie y todas las ventajas imaginables, desde las eléctricas a las telefónicas, pasando por las inmobiliarias. ¿Y como les pagan en tiempos de crisis? pues echando a la calle a miles de personas. El ejemplo más sangrante es el de Telefónica. Su presidente fue uno de los que se sentó hace pocos meses a la mesa del presidente del Gobierno como el gran gurú, junto a otros cuarenta, para darle las claves de cómo salir del atolladero.  Pues no. Esa gente no sabe jugar en la crisis. Están acostumbrados a grandezas y no se manejan en la miseria.
Es posible que si en aquella gran mesa se hubiesen sentado pequeños y medianos empresarios o amas de casa, acostumbrados a lidiar todos los días con las dificultades y a sacar fuerzas de flaqueza, le habrían dicho cómo sacar adelante un país: con mucho trabajo, mucha austeridad y mucha fe en sus posibilidades.
A la hora de tratar estos temas, el espíritu crítico ya resulta manido.
De poco sirve que expertos como Santiago Niño Becerra lleven muchos años advirtiendo de lo que venía. Les llamaban agoreros y aguafiestas. Ahora que la realidad supera la ficción con creces, ya es muy tarde para rectificar.
Niño Becerra habla de cambio sistémico. Eso supone un giro tan brusco que llevará mucho trabajo de concienciación. No sé en qué campaña electoral nos lo piensan decir. Los que salen, porque aún tienen esperanzas de retomar el rumbo y los que quieren entrar, porque no les interesa espantar a la parroquia, así que unos por otros, la casa sin barrer. Y mientras, la gente confiada en que todo es un espejismo.
Apelemos al espíritu crítico y al sentido común para que entre todos salgamos adelante, a pesar los políticos y los banqueros.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Enriqueta Pérez, una adelantada a su tiempo, se fue sin cumplir su sueño

Y su sueño era crear hace veinte años en España, en concreto en Asturias, un hospice como los que ella conoció en Suiza, en la Fundación Rive Neuve. Se trataba de crear centros en los que se acogiera a las personas enfermas terminales para ayudarlas, tanto a ellas como a las familias, a hacer el paso definitivo. Pero en estas tierras hablar de la muerte no queda bien, no nos lo permite nuestro cinismo. Preferimos encararla a la brava, para eso somos valientes. Y Enriqueta no lo sabía y fracasó en su intento. Se adelanto más de una década a la formación y conocimientos de los que tenían que prestarle el apoyo, no para ella, sino para los futuros usuarios. Y no entendieron lo que quería. No entendieron nada. Era demasiado nuevo para ellos y ellas. Les quedaba grande la idea, además no era propia, por lo tanto, no servía, por más que estuviese probada en países como Suiza. Tampoco se trataba de hacer grandes inversiones, así que nada. Descartado. Lo más parecido que tenemos hoy, salvando muchas distancias, sería el Hospital del Naranco, en Oviedo.
A pesar de todos los portazos que recibió, puso en marcha la iniciativa a costa de su patrimonio, pero sin la colaboración de la Seguridad Social no podía tener mucho recorrido y pronto tuvo que aparcar su sueño.
Enriqueta se murió el pasado 22 de julio en Calahorra. Sus amigos asturianos la despidieron hoy con una misa en Gijón. Espero que para hacer su tránsito haya puesto en práctica todos sus conocimientos.  A los demás, que nos ayude allá dónde se encuentre.

lunes, 1 de agosto de 2011

El cultivo del matorral

Marisol Serrador me acaba de reñir porque escribo poco en el blog, pero los días pasan tan rápido que no me da tiempo a cumplir con todas las obligaciones.
Esta tarde fui a Tazones a cenar y aún no me recuperé del estado de los bordes de la carretera, invadida de matorrales. Los visitantes deben estar encantados de cómo cuidamos aquí a los matorrales. En otras tierras se los corta y se mantienen a raya, pero aquí los abonamos y los mimamos hasta extremos insospechados. Cuando quieran darse cuenta de cortarlos, se pasó el verano. Me refiero a unos matorrales que rodean la Ría de Villaviciosa, ese espacio con el que tanto se les llena la boca a algunos.
Hace semanas pensaba escribir sobre el nuevo parque el Pelambre, también en la villa, para destacar la idea de colocar manzanos en ese espacio público, una idea que le había sugerido al alcalde Cobián, pero que nunca llevó a cabo. Pues se me pasó el tiempo y ya no pude contarlo, porque tendría que hablar de las malas hierbas que sembraron en lo que tenía que se césped. Los mestranzos, como les llamamos en Priesca. Lo curioso del caso es que les habrán cobrado una pasta por las semillas y les vendieron gato por liebre. Espero que alguien lo reclame y vuelvan a resembrar como corresponde a un parque de esa categoría. Los que entienden, la gente de los pueblos, no salen de su asombro al ver ese desatino.
Es curioso, el ecologismo de nuevo cuño confunde matorral con conservación de la naturaleza y malas hierbas con césped.