jueves, 18 de diciembre de 2014

Acebo importado de Soria


Acabo de enterarme que en Asturias importamos acebo de Soria. Sí, Asturias, que podría ser la capital mundial del acebo, importa esta planta ornamental, porque aquí está en peligro de extinción, o, al menos, eso dicen los "entendidos".
En una Comunidad Autónoma plagada de topónimos que hacen referencia a esta planta como Acebal, Acebes, el Puerto del Acebo en Grandas de Salime, la Virgen del Acebo en Cangas del Narcea, el río Acebo en Arriondas y Ribadesella, pues importamos acebo para Navidad.
Imagino que a ningún particular se le ocurrirá cultivar esta planta si cuando llegue el momento no le van a permitir cortarla, porque a los políticos, lo único que se les ocurre es prohibir, en vez de promocionar su cultivo.
Mis felicitaciones a los sorianos por aprovechar la oportunidad de contribuir a la decoración navideña con productos autóctonos y tengan la habilidad de exportarlo a sitios en los que se podrían producir por toneladas, como es el caso de Asturias. Esto es como venderle hielo a un esquimal. Parece imposible, pero ya se sabe que la realidad supera la ficción.
Algo parecido sucede con el ruscus, un arbusto con unas bayas rojas muy decorativas y muy bonitas (foto de la derecha). Esta planta se da en las zonas boscosas y húmedas de toda Asturias, pero tampoco sabemos rentabilizar su tirón en estas fechas navideñas.
Aún recuerdo mi sorpresa en un viaje a Ecuador en el otoño del año 97, cuando bajaba por la carretera Panamericana, con destino a Perú y vi las cunetas y los taludes de la vía completamente rojos. El colorido lo daba la planta que aquí conocemos como Flor de Pascua y allí es una hierba mala que se da por todas partes. Sí, esa flor por la que pagamos dinero, en las tierras andinas se reproduce como aquí el trébol. Alguien tuvo la feliz idea de colárnosla por Navidad, y, al igual que Papá Noel; el viernes de las rebajas o Halloween, las adoptamos rápidamente.
Yo cultivo acebo y ruscus para disfrute personal, pero si me empeñase, también podría exportar, porque se dan de maravilla. ¡Ideas gratis, por Navidad!


viernes, 12 de diciembre de 2014

Cien años con Platero

El escritor asturiano Leopoldo Alas "Clarín" le dedicó un libro a una vaca y la llamó Cordera. Juan Ramón Jiménez escribió Platero y Yo, título que da nombre al burro en el que se apoyó para contarnos la crónica rural y social de su Moguer (Huelva) natal.
La publicación Platero y Yo se hizo universal, como su autor, Nobel de Literatura en 1956,  hasta el punto que Google le dedica hoy su recreación, coincidiendo con el primer centenario de su edición.
Siempre tuve simpatía por los burros, que son mucho más listos, más trabajadores y más buenos, que aquellos humanos que les denigran, hasta el punto que la palabra burro se convirtió en un insulto.
Hace cien años, los burros formaban parte del paisaje rural y contribuían con su esfuerzo en las labores del campo, tanto de tiro, como de acarreo. Con la llegada de los tractores, los burros quedaron relegados a un segundo plano y hoy casi están en peligro de extinción.
Creo que Juan Ramón ya lo veía venir y, en el fondo, Platero y Yo es una elegía en la que se grita a los cuatro vientos la desaparición del medio rural en el que tenían cabida los burros.
Y aunque nos parece un libro infantil, Platero tiene una carga muy importante de compromiso con la sociedad en la que vivía.
Juan Ramón ya critica la contaminación de la Minas de Riotinto. En el capítulo XCV, titulado El Río, dice: "Mira, Platero, como han puesto el río entre las minas, el mal corazón y el padrastreo. (...) El cobre de Riotinto lo ha envenenado todo. Y menos mal, Platero, que con el asco de los ricos comen los pobres la pesca miserable de hoy...."
(Mi recuerdo para Zenobia Camprubí, esposa de Juan Ramón y tan buena escritora como él, pero que no tuvo la misma suerte).
También tenía Juan Ramón mensajes para los académicos que hacían diccionarios en cuyas definiciones el burro no salía muy bien parado. A continuación reproduzco el capítulo LV titulado:

ASNOGRAFÍA
Leo en un Diccionario: ASNOGRAFÍA, s.f.: Se dice, irónicamente, por descripción del asno.
¿Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres! Irónicamente... ¡Por qué? ¿Ni una descripción seria mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran decirle hombre! Irónicamente... De´ti, tan intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de  la mariposa, del sol y del perro, de la flor y de la luna, paciente y reflexivo, melancólico y amable, marco Aurelio de los prados...
Platero, que sin duda comprende, me mira fijamente con sus ojazos lucientes, de una blanda  dureza, en los que el sol brilla, pequeñito y chispeante, en un breve y convexo firmamento verdinegro. ¡Ay! ¡Si su peluda cabezota idílica supiera que yo le hago justicia, que yo soy mejor que esos hombres que escriben Diccionarios, casi tan bueno como él!.
Y he puesto al margen del libro.: ASNOGRAFÍA, sentido figurado: Se debe decir, con ironía, ¡claro está!, por descripción del hombre imbécil que escribe Diccionarios.
LV. ASNOGRAFÍA. Platero y Yo. Edición 1958.

viernes, 5 de diciembre de 2014

La puntilla al medio rural

Los políticos asturianos están preocupados estos días por el medio rural, por los pueblos abandonados y por los matorrales que nos invaden. Creo que las preocupaciones les vienen porque hay algo de dinero en juego. Lo envía la Unión Europea, cómplice también del éxodo del medio rural, al menos en España.
Entre todos los mataron y ellos solos se murieron. Me refiero a los cientos de pueblos que están deshabitados o les quedan unos pocos habitantes que se resisten a morir fuera de sus casas.
En los últimos treinta años desaparecieron en Asturias miles de caserías. En realidad, las hicieron desaparecer las diferentes políticas agrarias que exprimieron la paciencia y los recursos de los agricultores y ganaderos que sólo querían vivir de su trabajo y de sus tierras, bien sean propias o arrendadas.
Empezaron poniéndole puertas al campo con las cuotas de producción de leche. Siguieron con unas exigencias para las explotaciones que obligaron a los campesinos a endeudarse hasta las cejas y luego los volvieron a dejar tirados, liberalizando el mercado. Un carrusel de locos que desmoralizó a la gente del campo, especialmente a los jóvenes, que desertaron y se buscaron la vida. Mientras, España compra a Francia unas 300.000 toneladas de leche fresca.
El resultado, salvo honrosas excepciones, son los matorrales que campan a sus anchas por todas partes y cuatro vacas pastando por los prados.
Antigua Casa del Agricultor de Luces (Colunga).
Después vienen los románticos, que creen que vivir del campo es sentarse a mirar como crecen las malas hierbas y se llevan unos sustos muy grandes. El campo es una forma de vida y hay que mamarla. Pocos son los que llegan de la ciudad y se quedan. El campo es frío, es calor, es trabajo duro y rudo. Es tan repetitivo como el de oficina, porque las cosechas y las recolecciones se suceden periódicamente cada año, con la diferencia que al aire libre siempre estás a expensas del tiempo, y eso también hay que saber llevarlo con paciencia.
hace mese leí un proyecto del Gobierno de Asturias para el medio rural. Se trataba de combinar lo agrícola-ganadero y forestal. !Me parto de risa¡ Es como si descubriesen América. Por si no se habían enterado, eso es lo que se hizo en Asturias desde hace años. En mi casa lo vi siempre. Los campesinos no necesitan que les vengan a sacar las castañas del fuego los políticos. Lo que necesitan es que les dejen en paz.
Con unos políticos tan intervencionistas, que sólo les falta darnos permiso para ir al baño, es difícil hacerse un plan de trabajo serio. Sé de más de un productor de leche que tuvo que ir a otros sectores para pagar las deudas de sus inversiones.
Cuando los agricultores eran alguien en Asturias, tenían hasta su centro social. El otro día aún me encontré con el edificio que existía en Luces (Colunga). Ahora es la desolación.
En un documento de la Unión Europea, que conservo desde los años ochenta, dice con claridad que: La reforma de la Política Agrícola Común (PAC) no puede hacer abstracción del peso que representan los agricultores y sus familias en la economía y la sociedad rural.  El documento seguía en lo siguientes términos: toda reforma agrícola en la Comunidad se hará progresivamente, evitando rupturas económicas y sociales graves, que pongan en peligro el equilibrio de la sociedad rural y conduzcan al fracaso de la reforma.
Pues esas buenas intenciones se cayeron en saco roto, al menos en Asturias. Eso sí, tanto en Bruselas, como en Madrid, o en Oviedo, siguen haciendo leyes, muchas leyes, !como si les vaques comiesen papeles¡.