martes, 17 de diciembre de 2019

Una aldeana por el mundo

Isolina Cueli
Con este título tan llamativo, Una aldeana por el mundo, participé el pasado fin de semana en la I Jornada de Igualdad del Parque Natural de Redes, organizada por los ayuntamientos de Caso y Sobrescobio e impulsada por sus concejalas de Servicios Sociales e Igualdad, Pilar Ruiz y Berta Suárez respectivamente.
Me precedió en el uso de la palabra Emma González, profesora de la Universidad de Oviedo, quien nos contó que "los chicos también lloran" y que la sociedad patriarcal en la que vivimos es muy exigente con el sexo masculino.
Centro de Interpretación Parque de Redes (Caso).
Para quitar hierro al tema de la igualdad, el maltrato a las mujeres y la ansiedad que supone en la sociedad actual ser hombre y no morirse en el intento, a los vecinos y vecinas de Casu y Sobrescobio que tuvieron la amabilidad de asistir les conté mi vida por el mundo, al más puro estilo Paco Martínez Soria. Con un poco de humor traté de recordar lo duro que fue, en el Oviedo de la tontería, ser una niña paleta, un apelativo más denigrante que el de aldeana. Afortunadamente, las tontas se bajaron de la parra, o las bajó la cruda realidad, mientras, yo puedo alardear de mis orígenes aldeanos y campesinos. Criarse en el medio rural es una Universidad de la Vida y para la vida, que tiene múltiples aplicaciones. La pena es que los niños de ahora ya son casi todos urbanitas. Pocos saben andar por el barro.
Aproveché para sugerir a las concejalas que le pidan a la Real Academia Española que revise la definición de la palabra aldeano. En la acepción figurativa se refiere a persona inculta y rústica. Y aldeanismo lo describe como "estrechez y tosquedad de espíritu o de costumbres, propia de una sociedad reducida y aislada".
Por mi parte, aproveché para recordar la definición de Aldea Global desarrollada por el filósofo canadiense Marshall Mcluhan (1911-1980), que ya en los años setenta consideraba a la Tierra como un pueblo grande, sólo por el hecho de tener muy desarrollados los medios de comunicación tradicionales. Cincuenta años después, con las redes sociales y todas las nuevas tecnologías, ya no somos aldea, la Tierra es un patio de vecindad, y pequeño. Este concepto lo nombró nuestro filósofo Juan Cueto (1942-2019) con la palabra: glocal, que aglutina lo global y lo local.
Y yo, que soy de Priesca, no tengo nada más que añadir, salvo decirle a la RAE que no sea corta de miras ni inculta y dignifique la definición de aldeano-aldeana y, por supuesto, la de aldeanismo.
Los de pueblo sabemos que no hay nada más aldeano, en el sentido de inculto, que un urbanita caminando por una caleya.