La Tertulia Rita Caveda entregó el viernes, 4, los premios del IV Concurso de Cuentos Ilustrados para niñ@s de la Comarca de la Sidra. Era la primera vez que participaba en el Jurado de un premio literario y la experiencia fue muy gratificante, aunque la responsabilidad de acertar es grande, incluso cuando se trata de juzgar el trabajo de gente de 6 a 12 años. O quizás por eso, porque una decisión errónea por parte del Jurado puede llevar al traste una vocación literaria.
Yo aún tengo un mal recuerdo del proceso de selección de las monjas para representar al Colegio en el concurso de redacción de Coca Cola. Era lo más en mi época, por lo menos, lo que yo tenía más a mano, pero me quedé en puertas. De mi clase quedamos dos finalistas. Tuvimos que hacer un trabajo de desempate y nos representó la otra. A día de hoy estoy segura que fue una elección arbitraria, basada más en las notas del curso, que en la calidad de nuestros trabajos de redacción.
En ésta ocasión, ya en el siglo XXI, el Jurado, durante las deliberaciones, no conocía la identidad de los autores, que firmaban sus cuentos con pseudónimo, y, por supuesto, desconocíamos sus notas en otras asignaturas o su personalidad.
La primera en salir al estrado a recoger su premio fue una niña de seis años, se llama Elisa y firma con el pseudónimo de Flor. Su trabajo, La Señora Despistada, fue de los más originales y desinhibidos. Me llamó la atención el alto porcentaje de niñas entre las ganadoras de los cuentos en castellano: once de trece.
Es muy curioso ver, o mejor leer, cómo los niños, que deberían explorar nuevos terrenos para dar rienda suelta a su imaginación, se agarran a los patrones y tópicos que les marca el bombardeo desinformativo al que se someten cada día.
Mucho trabajo por delante para familias y profesores. Las pantallas y las redes son importantes, pero la vida es otra cosa, es lo que pasa mientras esos niños están concentrados en los teclados.
Mi mensaje para los que se hayan sentido frustrados con la decisión del Jurado del Concurso es que no tiren la toalla, que lo intenten el año que viene y todos los demás, y, aunque la vida es pura competición, siempre da nuevas oportunidades, pero lo importante es que no te pillen con el pie cambiado y puedas aprovecharlas. Como dicen los buenos escritores, ¡que las musas os encuentren trabajando!.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario