viernes, 3 de mayo de 2013

La libertad: una utopía



Cabeza de la concentración de periodistas en Oviedo.
El lunes, 29 de abril, asistí en Oviedo a la presentación del libro Asturias Semanal. El nacimiento de un periodismo democrático, de Cristóbal Ruitiña, basado en el estudio de la revista Asturias Semanal, editada entre 1969 y 1977. El que fuera su director e inventor, Graciano García, animaba a las nuevas generaciones "a seguir adelante, y trabajar para tener una sociedad digna y un proyecto ético, porque, ahora, al contrario que en aquella época, tenemos la libertad". Yo no pude resistirme a preguntarle a Graciano si de verdad creía que vivíamos en libertad. Me contestó que la libertad tiene que ser siempre un "concepto utópico". Ese razonamiento me parece más acorde con la realidad. No somos libres ni de lejos. Y eso se vio muy bien hoy, 3 de mayo, en la concentración de periodistas que se celebró en Oviedo, en sintonía con otras muchas realizadas en el resto del mundo. Vivimos en sociedades aparentemente libres, en las que parece que existe libertad de expresión y libertad de prensa. Pero es una mentira muy bien adornada. A pesar de todas las tertulias, de todos los tertulianos y tertulianas (casi siempre los mismos, que se repiten en distintas cadenas de radio, TV y prensa) el mensaje que repiten es como un mantra que aporta más bien poco, si tenemos en cuenta que casi todos se convierten en altavoces de partidos políticos.
Echo de menos el espíritu crítico en el amplio sentido de la palabra. Espíritu crítico por encima de los partidos y de los sindicatos. Iba decir que por encima de las empresas. Pero para eso hay que tener una independencia que los periodistas asalariados no pueden tener.
En la concentración de hoy se expusieron casos de políticos que critican y acosan a la prensa. Creo que eso no es nuevo. Recuerdo en mi época de Bruselas, que el Consejero de Agricultura, Jesús Arango, me tildaba de agorera cuando trataba de contar en Hoja del Lunes de Oviedo lo que se cocía allí, en el seno de la Comunidad, y lo que nos pasaría en Asturias en un futuro no muy lejano, tanto en le Medio Rural como en la Pesca o la minería. No interesaba que la gente se enterase tan pronto lo que iba a venir, igual que no interesa ahora contar urbi et orbe que la creación de empleo nunca más será la que fue y que tendremos que aprender a administrar y a vivir de otra forma. Pero eso tampoco interesa, vale más tener a la gente engañada y que piense que en dos telediarios viene el mago y nos saca de pobres.


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