Por qué le llamarán sanciones, cuando quieren decir multas?. |
Y menos mal que no tiré aquel papelucho, por el que acababa de pagar 100 euros, fruto de una multa de tráfico, después de que uin coche camuflado de la policía me pillara in fraganti hablando por el móvil.
La verdad es que no opuse resistencia. Como una corderita, admití todos mis pecados, pagué, me acordé de toda la parentela del policía para mis adentros, y me olvidé hasta de los tres puntos que me habían quitado de un plumazo.
Estos hechos sucedieron en diciembre de 2012. Pues cual no sería mi sorpresa cuando, la última semana de abril, recibo una carta certificada de la Agencia Tributaria. Otro organismo con el que no quiero tener ninguna relación extra, por eso cumplo todos sus requisitos por el libro. Pues, nada, ¡una carta de Hacienda!. Estaba intrigadísima por saber qué querrían de mí, hasta que descubrí en las oficinas de Correos que me apremiaban a pagar 240 euros por el impago de una sanción de tráfico. Los términos de la carta son demoledores: providencia de apremio; identificación del obligado al pago; información sobre la deuda. Ya no recordaba la fecha de la multa de diciembre, pero sí me sonaba el punto kilométrico. Así que me fui al coche a ver si seguía por la guantera el papelucho. Afortunadamente, estaba allí y me confirmaba que me quería cobrar la multa dos veces. Se me ocurría ir a Hacienda, pero me dirigí a Tráfico.
La amable funcionaria de Tráfico decía que aquello no podía ser. Su jefe, tampoco daba crédito. La tercera experta que intervino decía que eso nunca pasaba. Ni enseñándoles mi justificante de pago se creían la duplicidad. Menos mal que tenía el papel del pago, firmado por el policía y por mí, sino habría tenido que pagar por segunda vez como una incauta.
Todo este rollo para advertiros que no tiréis los papeles, nunca se sabe por dónde te pueden sorprender.
Lo que me pedía el cuerpo era reclamarles daños y perjuicios, pero prefiero olvidarme de ellos.
1 comentario:
Son lo peor. A mi me pararon para ponerme una multa y ni siquiera me hicieron firmar que me habían puesto. Ellos siempre tienen razón por ser la autoridad. Lo de las multas de tráfico es un atraco a mano armada.
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