lunes, 11 de febrero de 2013

¡Lo han conseguido! El Papa, a la calle

Amarillo, un color muy Vaticano.
No es que sea una ferviente admiradora de Benedicto XVI, pero me da pena que se lo hayan cargado.
Él, que no era tonto, sabía que el sillón no le pertenecía (a pesar del cónclave favorable), y lo ocupó todo el tiempo que pudo, o todo el tiempo que le dejaron hasta que se fabricara otro papable.
A juzgar por todos los movimientos del Vaticano, parece que ya tienen sustituto y tienen prisa en colocarlo, sino no habrían obligado al pobre Ratzinguer a irse a su casa, o a Castel Gandolfo, que es lo mismo.
Las noticias de la Santa Sede del último año han sido demoledoras, pero la que más me impactó es la que habla de los cuervos y el diablo del Vaticano, armados hasta los dientes para ocupar el puesto. Lo siguiente sería la maniobra del mayordomo,- posiblemente la que le salvó el pellejo al Papa-,que presuntamente filtró a la prensa papeles privados del pontífice en los que se veían maniobras oscuras para cargárselo.
El favorito en el cónclave de la primavera de 2005 era el cardenal Martini, pero era demasiado progresista y lo dejaron en el camino. De hecho, el jesuita Martini, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el años 2000, falleció el mes de agosto pasado, pero creo que su muerte no será en vano, porque dejó un testamento muy interesante para la Iglesia y una recomendación que debería tenerse en cuenta: la modernización. En su opinión, la Iglesia lleva un retraso de 200 años con respecto a la sociedad a la que predica.
Espero y deseo que el nuevo Papa no salga otra vez de Europa. No es justo ni cristiano. Teniendo en cuenta que los mejores creyentes de ésta época y los más numerosos, están en África y en América, lo lógico es que el nuevo Papa saliera de esas comunidades. También sería lógico que el nuevo líder de la Iglesia Católica fuera una persona hábil. Es imposible que un septuagenario o un octogenario dependiente pueda rendir en su trabajo, como se espera en un cargo tan visible. A no ser que busquen el títere que se maneja entre bastidores.
No quiero ni pensar que el cardenal Rouco tenga posibilidades de papable, sólo por el hecho de haber traído tres veces a España a Benedicto XVI. Precisamente por eso, por manirroto, ya sería una buena razón para que no tenga ninguna opción. Es lamentable escuchar un día sí y otro también cómo se relaciona la visita del Papa a Valencia con una trama de corrupción. Habría que ver las cuentas de las otras dos visitas a Madrid y Galicia. Saber quienes pusieron el dinero para tanto oropel y tanta grandiosidad y cómo cobraron los servicios prestados.
Una vez más, lo siento por Benedicto XVI. Creo que nunca debió ser Papa, pero tampoco es justo cómo le hicieron el papado imposible. Me alegro que pueda vivir para contarlo y no estaría mal un libro sobre la verdad de su renuncia. Sería mucho más esclarecedora que las elucubraciones sobre la presencia de la mula y el buey en el portal de Belén.

2 comentarios:

Borja Márquez dijo...

Muy bueno.Los papas son políticos de alturay, por lo tanto corruptos y golfos. Lo que pasa es que a su edad no pueden golfar mucho.
No creo en los curas, y me importa un carajo el siguiente gerente de MasalláS.A.
Ellos, como buenos políticos, gozan con su avaricia y riqueza. a i me gustaría un papa misionero, pero este tendría que echar a mucho ladrón, pederasta y maltratador. Son los curas..

Isolina Cueli dijo...

Borja, yo creo que los curas son peones y, la mayoría, son honrados y tienen vocación. El problema está en la Organización Eclesiástica, como diría el gran Joaquín Manzanares.