sábado, 9 de febrero de 2013

El cachondeo de los humedales

No es montaje. Está a la entrada de Villaviciosa.

 Decía un alcalde que la Justicia era un cachondeo. Yo digo que la Política Medioambiental es un cachondeo.
Sólo tenemos que mirar la foto de la derecha para ver que algo no concuerda. El cartel indicador que se encuentra nada más pasar la primera rotonda en la salida de la autopista para Villaviciosa nos advierte que estamos en la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa. Y qué casualidad, que lo primero que se ve de la Reserva es una gasolinera. Es para reírse, pero es así, tal cual, que yo no sé hacer montajes con las fotos.

Escarnio en la zona del Cierron, a las puertas de Villaviciosa.
No tengo nada en contra del empresario que consiguió tal hazaña y que, me consta, creó varios puestos de trabajo de jóvenes de la zona, pero sí me río de los genios que tienen el valor de colocar el cartel en ese lugar. Imagino que porque ahí empieza la Ría, sino fuera así, no habrían hecho el túnel que está debajo. Está claro que hay cosas que se les escapan. Y se les escapan a los políticos que tienen a la gente del humedal aterrorizada con sus políticas intervencionistas, que no permiten mover ni una piedra, y a los ecologistas que sólo tienen ojos para los pájaros y no ven nada de lo que pasa a su alrededor. No me puedo creer que sea yo la única que ve tal dislate, con la cantidad de coches que pasan a diario delante del cartel.


Socavón en la playina de Miami. Rodiles.
Tampoco es ajena a la gente de la calle, a los que pasean por los alrededores de Villaviciosa, la masacre que están haciendo en la Ría a las puertas del Cierrón. Ahora se les antojó ponerles unos montículos artificiales a los pájaros, como si no hubiese en toda la Ría montículos y árboles naturales en los que se refugian las aves. Y para esa hazaña no se privan en tirar de pala excavadora en la Ría y hacer todo lo que les prohiben a los demás. Y el objetivo parece ser que es urbanizar a los pájaros. Otro sin sentido que no cabe en la cabeza de ningún naturalista que diría, ¡Dejen en paz a los animales!.

Si los que miran tanto a los pájaros se fijasen un poco más en lo que pasa en la Ría habrían visto las hojalatas que saltaron en el puente de la Enciena, a la entrada de Selorio, que casi suben a la carretera, o el socavón que hay en el paseo que bordea la playina de Miami, al final de Rodiles, y que reproduzco en la foto superior. Imagino que como es un argayu pequeño, esperan a que se hunda la acera y así tienen más obra. Lamentablemente, es lo típico en estos casos.
Por no hablar de toda la basura acumulada en el eucaliptal de Rodiles. Todo esto en Suiza no pasaría. Estaría limpio como la patena y, por supuesto, el socavón, se repararía antes de que venga otra marea u otro temporal y lo derruya todo.
El detonante para escribir este post fue la lectura de una noticia sobre los gasoductos en Doñana. Sí, ha leído bien, en el Parque de Doñana, que se supone la Joya de la Corona del ecologismo, hay explotaciones de gas, con sus respectivos gasoductos y oleoductos. !Vivir para ver¡.



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