El ayuntamiento de Oviedo rindió hoy homenaje a los periodistas y a la libertad de expresión a través del emocionado recuerdo a la periodista mexicana Regina Martínez Suárez, asesinada en abril de 2012 cuando ejercía su trabajo. El homenaje, hecho a propuesta del grupo municipal Socialista, se produce en uno de los momentos más críticos del oficio de periodista en España. En la placa, colocada sobre un gran bloque de piedra en una zona ajardinada de la calle Veracruz de Oviedo, reza el siguiente texto: "En reconocimiento a los periodistas y a la importancia de su labor profesional para el desarrollo de la Democracia". Son palabras mayores, pero al final sirven de poco, porque muchas veces son los propios políticos los que pisotean la libertad de expresión desde el momento que se atreven a convocar a los periodistas y no les permiten hacer preguntas.
También es muy fuerte escuchar o leer a periodistas erigidos en portavoces de una tendencia política o de un partido político, lo mismo me da que sea de izquierda o de derechas. A un periodista se le supone la independencia suficiente para poder hablar o criticar a diestra y siniestra. Lo demás chirría.
El problema es que la gente, aquellos que leen y escuchan, esperan que se les diga lo que quieren oír. Es labor de la prensa difundir el espíritu crítico en la ciudadanía. Desde estas líneas intento predicar con el ejemplo, pero eso me cuesta el sambenito de que los de derechas me vean de izquierdas y los de izquierdas me supongan de derechas.
Mi recuerdo emocionado a Regina Martínez una compañera que dio su vida en favor de la verdad.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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