La guerra de Irán, el próximo lío en el que nos van a meter

Todos los expertos y politólogos dicen que el camino más corto para salir de una crisis es una guerra. Parece de broma, pero es lo que afirman y, como ejemplo más cercano, ponen a la Segunda Guerra Mundial, que fue el antídoto para sacar al mundo de la recesión, que coleaba desde el crash del año 1929.
Parece que la guerra más asequible y la que tiene un pretexto más creíble es la de Irán. Y allá que iremos como borregos. De momento, la están preparando y anunciando. Los muy ingenuos se atrevieron a decirles a los ayatolás, para asustarles, que les dejarán de comprar petróleo !Qué miedo¡ pensaron. ¿Y cuál fue la respuesta de los sucesores del Sha de Persia?. Pues que al que no quiere taza, le dan taza y media. Y que ellos mismos se adelantarán a los acontecimientos cortando el suministro de crudo ésta primavera a varios países (Como Dios no lo remedie, creo que tenemos muchas cartas para ganar).
Y como siempre, los que pagan el pato, son los de siempre. Los de la calle, los que nos vemos y se deseamos para reunir 50 euros (con esto ya ni se llena el depósito)  para repostar. Y en Irán, quien saldrá perdiendo con la merma de ventas. Pues los de siempre, los pobres iraníes que no llegan a final de mes, que sufrirán los recortes, como llamamos aquí a los hachazos.
En El Confidencial se podía leer estos días que las grandes empresas americanas se gastan más en lobbies que en impuestos. Y yo diría que aquí también. Aquí está más solapada la cosa, pero lo que se mafia por detrás no está escrito en ningún sitio. Algo se pudo escuchar en las conversaciones del juicio al presidente de la Generalitat Valencia, pero diría que eso es una minucia, comparada con la realidad.
Estamos viviendo una gran mentira que beneficia a unos pocos, capaces de hacernos ver todo lo contrario, que vivimos en el edén del que saldremos victoriosos.
Una frase lapidaria de José Luis Sampedro: "No existe libertad de pensamiento, por tanto no vale de nada la libertad de expresión".
Los periodistas tenemos tanto trabajo por delante, pero somos víctimas de los lobbies. Nos dan las noticias masticadas y digeridas, y no reparamos en lanzarlas a los cuatro vientos. El día que tomemos conciencia de la cantidad de basura que estamos moviendo y del hedor y la confusión que estamos creando, quizás nos vaya mejor y nos tomen más en serio.