domingo, 29 de mayo de 2011

Igualdad, pero sin pasarse

Muy bien lo de la igualdad, y lo de la paridad, pero sin pasarse. Eso es lo que le debieron  decir a la pobre ministra de Defensa, Carme Chacón, cuando intentó aspirar a presidenta de Gobierno de España. Y por si fuera poco, la obligaron, sin compasión, a salir a la plaza pública e inmolarse ante el respetable.
Siempre digo que yo no duraría en un partido político mucho tiempo, porque me costaría obedecer las consignas y las órdenes que vayan en contra de mi voluntad, y situaciones como la defenestración de la candidata, que en realidad nunca lo fue, me lo confirman. Está visto que para llegar a ser ministra hay que tragar muchos sapos, y para aspirar a presidenta del Gobierno, no basta ni con tragar cocodrilos.
El ministro José Blanco decía que no le gusta el trabajo entre bambalinas, pero, en esta ocasión, al candidato Rubalcaba lo cocinaron detrás del telón.
Es un logro que una mujer sea ministra de Defensa, que se le cuadren todos los militares, pero creo que, en el fondo es una posse por parte de quien la nombró, porque ahora le corta las alas.
Además, en el escalafón militar tampoco tiene la misma importancia la presencia de la mujer entre los mandos, porque ¿cuántas mujeres ostentan el grado de generalas?.
Es curioso que la mujer que manda en los ejércitos no haya conseguido amansar a los barones (no hay ninguna baronesa) de su partido. Esos que la mandaron a galeras unos años, no sé si para hacer méritos, o para hacer tiempo,  hasta que pase el correspondiente autobús de la caravana electoral y pueda reengancharse.
Si alguna vez las mujeres creímos que lo de la igualdad y la paridad iba en serio, el desplante de la ministra Chacón nos baja a la cruda realidad y nos demuestra que el camino es muy largo y que tendrán que pasar algunas generaciones para ver a una mujer (de izquierdas o derechas) al frente del Gobierno de la nación.

No hay comentarios: