Hospital vacío (Langreo), con vistas al cementerio de Barros. |
El caso de Mieres también clama al cielo. Aunque ya es tarde, habría que preguntarse si era necesaria y urgente tamaña inversión. Pero como ya no sirve de mucho lo dejaremos correr, aunque sí estaría bien que alguien rindiera cuentas de tan mala gestión o tan pésima previsión. Estos días tenemos fresca una sentencia que condena a una empresa filial de Hunosa por no saber mirar por el dinero público. El mismo dinero que se dilapidó en hospitales que nos quedan grandes y cuyos instigadores, hoy en retiros dorados, aún se están riendo de lo bien que les salió la jugada.
El Stephen Hawkins de Barros (Langreo) es un clamor a la mala cabeza. Se supone que será un hospital para enfermos tetrapléjicos que tienen que pasar mucho tiempo hospitalizados. Pues no se les ocurre más que levantarlo en un solar acogotado por una autopista, un polígono industrial y ¡con vistas al cementerio de Barros! Mención aparte merece la doble fachada de hierro que deja ciegas las ventanas de obra. Teniendo en cuenta que es la fachada que da al mediodía entiendo que ahí estarán las habitaciones. Pero nunca verán el sol, porque se lo impide la doble fachada metálica que, encima, les habrá costado un dineral (se puede apreciar en la foto superior).
¿Para qué sirven tantos supervisores, si no se enteran de nada?.
También me llama la atención que estas obras no se airean en el resto de España cuando se habla de inversiones aberrantes o de burbujas pinchadas.
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