miércoles, 13 de marzo de 2013

Francisco, !no nos falles¡

Misa de Sanación en Lima (Perú).
Nunca antes había escuchado el apellido del nuevo Papa, un cardenal argentino que toma el nombre de Francisco I. Sólo le conozco por los cinco minutos que estuvo expuesto a los fieles de la plaza de San Pedro y, de paso, a millones de telespectadores. Y, si como dice la Biblia, por sus hechos los conoceréis, creo que este Papa apunta buenas maneras de ejemplo de humildad.
Espero que no le tiemble el pulso para imponer la austeridad como principal bandera de su pontificado y que no le tiemble la voz para expulsar del templo a todos los fariseos, aduladores y oportunistas.


El dominico Àngel Torrellas en Managua (Nicaragua),
No sé si fue el Espíritu Santo o el buen tino de los reverendos cardenales, el caso es que salió elegido Papa un candidato de América Latina, el principal vivero de fieles de la Iglesia Católica. Si existe un poco de sentido común, y veo que existe, no se podía esperar más en la elección de un Pontífice del continente americano. Tampoco se nos puede escapar un detalle: procede del país más europeizado de América del Sur.
Tuve la oportunidad de comprobar cómo se practica la religión en Perú, en Nicaragua, Ecuador, Santo Domingo, incluso Cuba y no tiene nada que ver con lo que se hace aquí.


Gregorio Barreales, misionero dominico, Rivas (Nicaruagua).
Tenemos el mérito de haber sido sus evangelizadores hace 500 años. Los cristianizamos por la vía rápida. Como en aquellas escuelas que se decía: la letra con sangre, entra. Al cabo de cinco siglos, los alumnos superan a los profesores y los latino americanos representan el mayor porcentaje de católicos de todo el orbe. Creo que también tendrá mucho que ver el trabajo de los cientos de misioneros que aún tenemos en muchos países. De allí salen también muchos seminaristas. Creo que en Asturias ya tenemos varios ejemplos.
Otro de los detalles del nuevo Papa es la elección del nombre: Francisco I. Imagino que en recuerdo de San Francisco de Asís.
Espero que José María Díez Alegría, allá dónde se encuentre, de el plácet a su correligionario Bergoglio.
Desconozco la presencia que tenían los Jesuitas en el Vaticano en los últimos años. Sí me consta la invasión de otras congregaciones u organizaciones, expertas en aletear alrededor de la paloma. No estaría de más que el nuevo Papa sepa administrar o frenar las ansias de poder de estos arribistas.
Hace un tiempo escuché que un obispo español iba a esquiar a Suiza. No tengo nada contra ese deporte ni contra quienes lo practican, pero sí me parece que, un obispo que se precie de ejemplar, no puede ir a esquiar a Suiza, ni de incógnito.
Por éste y por otros muchos desvaríos y desmanes que habría que corregir dentro de la Iglesia, le diría al nuevo papa Francisco I, !no nos falles¡.



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