Por lo visto, hoy es el Día de la Tierra y a mí lo primero que se me ocurre es decir !Pobre Planeta¡, esquilmado por 7.000 millones de depredadores que somos nosotros, los habitantes que nos reproducimos como los conejos.
!Pobre Tierra¡, que nos cobija, que nos alimenta, y nosotros se lo agradecemos a bofetada limpia. Hoy leí una entrevista de un científico que hacía un repaso de la evolución humana y se retrotraía a cuando vivíamos en el arbolado. Imagino que seríamos los monos que hoy están en extinción. Luego, hace millones de años, bajamos a la sabana africana, y ahí empezamos a socializarnos. Hasta hoy, que ya no sabemos si estamos socializados como racionales o como irracionales. Imagino que si pensásemos y actuásemos como racionales, no seríamos tan tontos de acabar con la mano que nos da de comer.
Pondré uno de los ejemplos que tengo más cerca. Estos días hay mucha gente sesuda pensando en qué le pasa a la Ría de Villaviciosa (Asturias), que está muy enferma y muy contaminada. Se toman como cabezas de turco, lo más fácil, que son algunas empresas ribereñas. Pero me niego a pensar que nadie haya caído en que buena parte del problema radica en los herbicidas y demás venenos con los que se "bautiza" la tierra y que, curiosamente, no se evaporan.
Algunos políticos, que tuvieron mando en plaza y no hicieron nada por la causa, ahora se declaran los salvadores del planeta y así no vamos a ningún lado.
Repasando algunos documentos de la antigua PAC, Política Agrícola Común, de hace más de treinta años, decían textualmente, que "la reforma no podía hacer abstracción del peso que representan los agricultores y sus familias en la economía y sociedad rural". Pues curiosamente, lo que sucedió con las políticas agrícolas de la Unión Europea, fue todo lo contrario. Acabaron con los agricultores y ganaderos y, de paso, acabaron con el medio rural. Decía el texto, que traduzco del francés: "Los agricultores juegan un papel primordial para la protección del medio ambiente y el mantenimiento del patrimonio natural en Europa". Bueno, pues en el caso de Asturias, lo que tenemos son pueblos fantasmas, envejecidos y un avance asombroso del matorral, esas plantas que tanto les gustan a los ecologistas de asfalto.
No sé cuando llegará el momento que la Tierra sea el objetivo a salvar, no a destruir.
En marzo también se celbró el Día del árbol. En el fondo, son buenas intenciones que no nos llevan a ninguna parte, más allá de un titular o un propósito de enmienda que se olvida a la vuelta de la esquina.
Apostemos por la Tierra, pero todos los días¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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