miércoles, 28 de septiembre de 2011

Intuyo una huida hacia adelante

Isolina Cueli
Me impresiona escuchar y leer todo lo que se dice estos días sobre la crisis, la economía, el déficit y la deuda. Está visto que el papel, las pantallas y los micrófonos pueden con todo, soportan todo tipo de comentarios, sugerencias, críticas y elogios, pero da la impresión que no pasan de ahí. Mientras, éste país, que por lo visto se llama España, está en un atasco monumental del que sólo saldremos si echamos el pie a tierra, en el sentido de abandonar las fantasías que nos pierden y nos conectamos con la realidad del trabajo y más trabajo.
Esta mañana me llamó mi amiga Marisol para interesarse por mí. Echaba de menos actividad en mi Espíritu Crítico y creía que me había pasado algo. Pues no, no hay novedad de salud, pero sí hay un poco de reflexión sobre la conveniencia de inundar el mundo con opiniones y sus contrarias, y vuelta a empezar.
Hace mucho tiempo que está todo dicho, y dicho por gente con la cabeza muy bien amueblada. Ahora lo que necesitamos es acción, pero eso es harina de otro costal.
Me sorprende la capacidad que tenemos los de la calle, la ciudadanía, como nos llaman los políticos, para hacernos los locos, o los suecos, e ir a nuestro aire. Sino, cómo se entiende que con la que está cayendo, sigamos llenando restaurantes de lujo, estadios de fútbol, teatros, haciendo fiestas día y noche, etc.
Intuyo una huida hacia adelante y un espíritu kamikaze a la hora de gastar. Creo que mucha gente piensa: para que me lo fundan los bancos, lo disfruto yo, que es la versión actualizada del dicho: lo que han de comer los gusanos, que los disfruten los humanos.
Pues, ¡¡¡¡¡¡¡mucha suerte!!!!!!!!!!

1 comentario:

covadongallera@hotmail.com dijo...

Para llegar a la acción, se necesita capacidad de abandono;"deja tus redes y sígueme". Así lo expreso sabiamente un rabino judío que todos conocemos pero que pronto olvidamos.Y es que como bien dices, está todo dicho y nos resulta más cómodo seguir enredados en nuestras redes que atrevernos a romper con todo y pasar a la acción.