La misma semana de mediados de agosto que los japoneses recordaban con tristeza los efectos de la bomba atómica lanzada hace 66 años sobre Hiroshima y Nagasaki, la economía de Estados Unidos sufría un serio revés al rebajarle la calificación de la deuda. Yo, que no soy economista ni politóloga, sino una simple observadora, creo que ésta noticia sí supone un cambio de sistema, o mejor, el primer paso para el declive del Imperio Americano. Sobre todo, cuando me entero que el principal valedor de USA es, precisamente, China, su gran competidor (los demás países que aguantan la deuda USA están casi todos en Asia-Pacífico). Y lo más gracioso es leer cómo los chinos recriminan a los americanos su afán gastizo y su adicción a endeudarse. Hay que leerlo varias veces para creerlo.
Agosto tampoco fue un buen mes para Europa, en especial para la Unión Europea. Por las mismas fechas que temblaba América, a mediados de mes, tuvo lugar en el palacio del Eliseo (París) la reunión entre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, Nicolás Sarkozy en un intento desesperado por reconducir la gobernanza de la Zona Euro. Y yo, que no soy ni economista ni politóloga, casi me atrevo a decir que ése encuentro es la puntilla a la Unión Europea, en concreto a las instituciones como la Comisión o el Consejo. ¿De qué sirven?, si quien manda es el eje franco-alemán. Además, los alemanes, -igual que los chinos con los americanos-, no se cansan de llamar manirrotos a los países endeudados y empufados, porque no pueden pagar lo que deben, como el caso de Grecia y, en alguna medida, España. Nos marcan el paso a seguir y, ¡pobres de nosotros como no lo sigamos al pie de la letra!.
Mi admirado Jacques Delors, ex presidente de la Comisión, decía por esas mismas fechas que Europa y el euro "están al borde del abismo". Se puede decir más alto, pero no más claro.
Y con la que está cayendo, escucho hoy que el presidente del Gobierno español aún está pensando en la ampliación de la UE, con la incorporación de Turkía. Imagino que lo único que pretende será tapar el fracaso de la Alianza de Civilizaciones, a pesar de Máximo Cajal.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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