miércoles, 3 de octubre de 2012

En Asturias se quedan sin recoger miles de kilos de fruta

Esta tarde estuve cogiendo higos de San Miguel, por lo menos, así los conocemos en mi pueblo.
Me traje a casa varios kilos y quedaron en el árbol muchísimos más.
Y la reflexión que me hago es cómo podemos permitir eso en Asturias. Consentimos que se pierdan miles de kilos de higos, de manzanas, de avellanas, de nueces, de castañas, de cerezas. Un desastre!
Ahora nos dio por plantar arándanos, con unas inversiones millonarias, cuando tenemos posibilidades de sacar rentabilidad a las tierras con frutos más conocidos como todos los enumerados más arriba.
Muchos pensarán que los higos sólo se dan bien en el Sur. Pues en Asturias, que disfrutamos de un clima ideal para la mayor parte de los cultivos y tenemos menos dependencia del regadío, miramos para otro lado y nos vamos a las antípodas a buscar alternativas, cuando las tenemos a la puerta de casa.
Yo acabo de inventarme una mermelada de higos, para tomar con yogurt natural, que no tiene nada que envidiar a las que me ofrecen en la tienda, con la diferencia que yo no le puse ni colorantes, ni conservantes, ni sulfitos, no otras fórmulas químicas en las que ya me pierdo. Los ingredientes son: azúcar e higos muy madurinos, no se necesita más.
No llevo con paciencia que la naturaleza nos de tantas cosas y no se las reconozcamos. En Asturias, los frutales sobreviven solos. En los pueblos las higueras se quedan sin dueños y los higos sin nadie que se lleve a la boca ese manjar.
Yo hoy se los ofrecí a unos peregrinos del Camino de Santiago que los aceptaron con gratitud, pero no siempre pasa así. La gente prefiere ir a la frutería. Reconozco que allí están mejor presentados los productos. Son todos iguales, no tienen defectos, pero lo que no saben quienes desprecian lo natural, es que están anteponiendo la vista al gusto. Y cuando se trata de cosas de alimentos, creo que es un gran error.

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