El milagro se produjo a través de un concierto de verano que llaman "Concierto sobre la hierba", celebrado en la Casina de Misiegu, al que asistieron más de 200 personas que se sentaron en sus sillas de playa, o en el suelo, y en el que se interpretaron obras de Bach, Mozart, Mendelssohn, Dvorak y Schumann.
El pretexto era hacer un homenaje póstumo a Enrique Correa, violonchelista de la Orquesta de Radiotelevisión Española, propietario de la casa más antigua de la zona y la más llamativa por su originalidad arquitectónica. Su hijo, Luis Correa, alma del evento y titular de la casina, nos contó que fue construída en 1898.
Creo que éste sábado, 27 de agosto, se dio el primer paso para una idea que se podría institucionalizar en los veranos de Villaviciosa. Está demostrado que todas las iniciativas culturales cuentan con la respuesta del público y que no tienen porqué atender a presupuestos multimillonarios . El lugar, al lado de la Ría, con la marea bajando, suponía un marco incomparable.
Selorio tiene otro auditorio único, por su acústica: la cantera de La Enciena, que ahora está llena de matorrales y de basuras, el estado habitual de la mayor parte de todos los espacios públicos de la Ría de Villaviciosa.
El gaitero Hevia también es un asiduo de la zona y suele tocar en el Prementoriu, un prado muy próximo a la cantera, que permite la audición a kilómetros de distancia.
El concierto de clásica, que fue seguido de música moderna con el Trio Open Mind, recuerda a la Europa del Renacimiento. Y, si es verdad que ésta crisis económica nos lleva a un Renacimiento de sistema, en Misiegu, ya dimos el primer paso hacia ése nuevo concepto.
Gracias a los músicos Pedro Romero (violín), Alex Bustamante (violín), Elizabeth Romero (violín y viola), Luis Correa (violonchelo), Mary R. Casaux (piano) y Pablo Marín Correa(Piano).
El concierto, como la hierba, crece
Dos años después, en 2013, el concierto creció al mismo ritmo que la asistencia del público. Este año rondó las 600 personas y los músicos hasta dieciséis.
Concierto en 2013, dedicado a Vivaldi. |
Seiscientas personas se dieron cita en la casina de Misiegu. |