Mañana, 15 de junio, se debería formar el Parlamento de Asturias, la Junta General del Principado y lo que nos llegan son las maquinaciones por el poder y, especialmente, por la mesa de la presidencia. Un afán legítimo, pero que no debería ocultar la realidad de la región: que cada día que pasa somos más pobres y más dependientes.
El comisario Almunia, que se supone está muy bien informado, mandaba estos días un mensaje a las autonomías: que gasten menos y que paguen lo que deben, sino, lo pasaremos muy mal. Parece algo de perogrullo, pero los políticos no entienden que hay que pagar lo que se debe, y pagarlo en tiempo y forma.
Mucha gente salió a la calle en las últimas semanas para gritar en silencio. El resto, los que se quedaron en casa, también gritan en silencio, y espero que no tengamos que acabar chillando y rompernos las cuerdas vocales en ese grito sordo que no escucha nadie, como el de Munch.
Doy por supuesto que quienes nos representan tienen la sensibilidad necesaria para hacerse eco de la situación real de España, de las autonomías, de los ayuntamientos, de las economías familiares. Un desastre¡ y cuando hay un desastre de poco importa el color de la piel, las ideologías, la religión. Hay que poner el hombro y empujar todos en la misma dirección.
Que viva la cordura¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
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