miércoles, 2 de noviembre de 2016

Aprendices importados de Galicia

Isolina Cueli
Las escuelas de peluquería suelen ofrecer trabajos de corte o peinado a precios muy baratos y los clientes que los solicitan saben que se van a poner en manos de aprendices que necesitan practicar para coger experiencia. Pero imagino que no serán muchas las novias o novios que van a peinarse a la escuela de peluquería el día de su boda.
En hostelería suele pasar lo mismo. Las escuelas tienen un restaurante en el que se come el menú hecho por los estudiantes y supervisado por los profesores. El sistema me parece una excelente idea. Pero supongo que tampoco habrá muchas parejas que acudan a la escuela de hostelería para encargar el banquete nupcial. Ese día está reservado para los profesionales.
Pues cual no sería mi sorpresa al enterarme por el Diario de Pontevedra que la degustación gastronómica que se ofrece a los invitados de los Premios Princesa de Asturias ha sido elaborada, en gran parte, por 70 personas del Centro Integral de Formación Profesional Carlos Oroza de Pontevedra, en concreto 62 alumnos de los ciclos superiores de Dirección de Cocina y Dirección de Servicios de Restauración y del ciclo medio de Restaurante y Bar, más seis profesores y dos directivos.
El director del centro dice en el Diario de Prontevedra que "non todos os días podemos facer prácticas deste nivel". Y yo también lo digo. Vaya nivel y vaya suerte que tienen los alumnos gallegos, que antes de graduarse ya han podido cocinar el menú que representa a Asturias ante centenares de personas de todo el mundo. Y también digo, qué mala suerte tienen los alumnos de las escuelas de hostelería de Asturias que no pueden ir ni de pinches de los gallegos. Porque además de los 62 citados más arriba, también estuvieron entre los pucheros otros 42 alumnos del Centro Integrado de Formación Profesional Paseo Das Pontes, de La Coruña.
Imagino que el menú, a base de fabada, escalopines al cabrales, rape a la sidra, arroz con leche y carbayones, lo practicarán a diario los alumnos en sus centros de formación y les habrá salido para chuparse los dedos.
(Hace más de veinte años, fui testigo del esfuerzo de Rafael Secades por conseguir la primera Escuela de Hostelería en Oviedo).
Estaba fuera de Asturias el día del evento de los Premios y desconozco la reacción de los profesionales asturianos ante esta situación, que se repite por tercer año consecutivo. También me pregunto qué dijo el Gobierno del Principado. Da la casualidad que ese mismo Gobierno se gasta nuestros euros de forma violenta promocionando Asturias en el extranjero y cuando el extranjero viene a Asturias, como es el caso del día de la entrega de los Premios, dejamos nuestro escaparate gastronómico en manos de los gallegos.
Desde Asturias exportamos talento en cantidades industriales. Y al mismo tiempo que cientos, por no decir miles, de licenciados universitarios asturianos se buscan la vida por el mundo porque aquí no tienen puesto de trabajo, les facilitamos las prácticas a alumnos de Formación Profesional de Galicia, que en su vida habrían imaginado un debut semejante.
Vaya desde aquí mi aplauso para los directivos gallegos que lograron colarnos un gol tan monumental.
No es por echarles un jarro de agua fría a nuestros vecinos, pero ahora me explico porqué la Reina Letizia, cuando puede, se escaquea del ágape y se va a cenar con sus amigas.
¡Buen camino!


No hay comentarios: