miércoles, 19 de octubre de 2016

Cobayas de la economía

Isolina Cueli
En Sexto de Primaria les enseñan a los niños de once años los tipos de gastos que existen y la conveniencia de hacer un presupuesto para cuadrar ingresos y gastos.
Pero esa teoría que estudian los más jóvenes, los adultos no la ponen en práctica. Mejor dicho, no se puso en práctica durante la primera década de este siglo XXI. Parecía que alguien estaba diciéndonos al oído, ¡tonto el que no se endeude!

Portada del libro de Niño-Becerra
Acabo de leer La Economía. Una Historia muy personal (Los libros del lince), escrito por el economista Santiago Niño-Becerra, que nos cuenta, de forma detallada, cómo la gente picó el anzuelo del dinero fácil; cómo nos metimos en la rueda del consumo, "el elemento perpetuador del sistema capitalista" y cómo llegamos al "despilfarro".
Aunque el libro se remonta a los anales de la historia, y el autor repite una y otra vez que lo de ahora viene de muy lejos, voy a centrarme en lo que todos vivimos.
Niño-Becerra nos recuerda que "entre 1996 y 2007 España estuvo sumida en una irrealidad que le hizo vivir en un mundo inexistente, apoyado en el euro y canalizado a través del subsector de la construcción; el motor y el endeudamiento privado". En esas mismas fechas, apunta el economista y catedrático de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, "la deuda privada en España aumentó el 135 por ciento. Se creció mucho y muy rápidamente, pero a costa de generar una deuda gigantesca. Fueron años maravillosos de sueños y bienestar, pero financiados con crédito que en algún momento habría que pagar".
Y por si no nos habíamos enterado el autor recuerda que "aquel estado de bienestar que se implantó después de la Segunda Guerra Mundial puede darse por acabado. El individuo, en términos de ayudas, cada vez está más solo, por lo que cada vez debe ser más responsable de sí mismo".
Nos lo pueden decir más alto, pero no más claro: somos pobres y lo seremos aún más. Nos vienen tasas fiscales por todas partes, no se librarán de ellas ni los defraudadores más hábiles. La vaca -léase papá Estado- que todos tratamos de ordeñar está escosa. Los impuestos, que intentamos eludir, con todas las trampas a nuestro alcance, imitando a muchos políticos, ya no dan para más.
Si los gobernantes no fueron a clase el día que les explicaron cómo se cuadraba un presupuesto, tendríamos que ser los gobernados quienes les enseñemos a administrar la cosa pública con conciencia y con el mismo método casero que utilizan las familias para llegar a fin de mes.  Nunca se nos ocurrirí comprar langosta si sólo tenemos dinero para sardinas.
Como dice Niño-Becerra, la Economía es una Historia personal y, a diario, todos influimos en la Economía con mayúsculas. El simple hecho de comprar en una tienda o en otra, ya es economía. Cuando elegimos entre un producto local, nacional o de importación influimos en la economía.
En España seguimos sin Gobierno y metidos de lleno en un cambio de modelo económico. Sin enterarnos, somos las cobayas con las que se está experimentando una salida al atolladero en el que estamos inmersos. Un redil en el que también entramos sin enterarnos y del que no hay escapatoria. A ver a qué abismo nos llevan esta vez, mientras nos dicen que será para nuestra salvación.
¡Buen camino!

3 comentarios:

Mikel dijo...

Es muy cierto tu comentario sobre el libro del profesor Niño-Becerra; aunque dices "Un redil en el que también entramos sin enterarnos", yo creo que la mayor parte de la gente sabía que estaba asumiendo riesgos que no debería con deudas enormes. Pero cuando estás disfrutando de la fiesta siempre tiene que venir otro a quitar la música y decir que se acabó; hubiésemos seguido endeudándonos sin parar y sabiendo que era una irresponsabilidad.
Pero en este tiempo la sociedad en red es la dominante globalmente; la información fluye en cantidades y a velocidades tremendas y a esa sociedad no se la puede tratar como "cobayas", como a un rebaño de ovejas que siguen las órdenes del pastor sin desviación alguna. Por esto creo que sí que viene aumento la pobreza, precariedad, deterioro del estado del bienestar... pero hoy las ovejas ya no son obedientes; tienen capacidades ,cualidades y medios a su alcance que les proporcionan un poder importante; por esto creo el deterioro social va a generar malestar y conflictividad; y llegarán movimientos de sublevación, no necesariamente violentos, con consecuencias importantes.

Anónimo dijo...

...un movimiento pre político y cultural como el MCRC. La política precede a la economía y no al revés. La situación económica de España es consecuencia directa del régimen político por franquista.

Mcrc.es

Unknown dijo...

Buenas,Hay muchas respuestas a este libro en "la economía del buen comun",de un joven economista austriaco.