viernes, 3 de junio de 2016

Vuelvo a la opinión

En realidad, opino todos los días, y casi a todas horas, pero la reflexión en voz alta y con un altavoz como EL FIELATO, hacía tiempo que no la practicaba.
 De paso, aprovecho para copiarlo en mi blog, Con espíritu crítico.
Mucha gente me pregunta por la calle el motivo de mi ausencia, y la respuesta es siempre la misma: ya está todo escrito, dicho y criticado, el problema se encuentra en hacer las cosas bien y con sentido común. Sigo pensando lo mismo, pero no pude rechazar la invitación de Borja a colaborar en la tercera página de opinión del periódico más leído en las Comarcas de la Sidra y de los Picos de Europa.
Dice el fotoperiodista norteamericano James Nachtwey, reciente Premio Princesa de Asturias de Comunicación, que “los periodistas están obligados a buscar la verdad y contarla”. La sociedad necesita que le cuenten la verdad. Pero la verdad suele estar muy oculta y es difícil encontrarla.
Esta tarea de búsqueda viene explicada en la definición de noticia que alguien hizo con mucho atino y que dice que: noticia es aquello que alguien trata de ocultar en alguna parte del mundo. Y para dar con lo oculto, la sociedad tiene a la prensa, también denominada Cuarto Poder. Pero eso no siempre es así. El cuarto poder tiene los pies de barro y muy endebles.
Aquí no voy a dar muchas noticias, pero sí comentarlas y comentar la actualidad más cercana, mi pequeño universo. Trataré de ser independiente y objetiva en mis críticas y comentarios, aunque sé, de antemano, que me servirá de poco. Para los de izquierdas siempre seré de derechas y los de derechas me tacharán de izquierdosa. Vamos, que no acertaré nunca.
Esto ya lo dijo mejor que yo Ernesto Sábato en el año 1998 en su libro Antes del fin, refiriéndose al escritor de libros: “Los poderosos lo calificarán de comunista por reclamar justicia para los desvalidos y hambrientos; los comunistas lo tildarán de reaccionario por exigir libertad y respeto por la persona. En esta tremenda dualidad vivirá desgarrado y lastimado, pero deberá sostenerse con uñas y dientes”. Esta cita de Sábato la recoge Bernardo Díaz Nosty, mi profesor en Periodismo, en su último libro, “Periodismo muerto” en el que nos cuenta cómo está el oficio en América Latina.
No hace falta cruzar el Atlántico para ver que el periodismo no pasa por sus mejores momentos. Informar es caro. Dar con lo oculto, lleva tiempo, se llama periodismo de investigación y eso también cuesta mucho dinero y las empresas no lo tienen, porque les falla su principal fuente de ingresos que es la publicidad. No hay que ser muy listo para deducir que no nos enteramos ni de la mitad de lo que pasa. Además, para eso están los Gabinetes de Prensa, en los que, lamentablemente, hay periodistas, pero que están del otro lado.  Yo hice ese trabajo en más de una ocasión y se trataba de contar lo que quería el señorito, que casi siempre era ocultar la verdad o contarla a medias.
Como no tengo vocación de mártir, ya digo de antemano, que no vuelvo a la opinión para descubrirAmérica ni el periodismo, que está todo inventado. Intentaré aportar mi grano de arena para dar voz a los sin voz, -en homenaje póstumo a José Luis García, José Manuel Bárcena, José María Díez-Alegría y Bernardino Fernández-, y para reflexionar desde el sentido común.
Empiezo la cuarta etapa en mi vida, -hasta ahora son de veinte años-, y aunque cumplí ayer los 59, doy por hecho que ya estoy en una nueva década, y esta columna de El Fielato me sirve de apoyo físico y mental para entrenar el intelecto y aproar mi vida hacia una nueva singladura.
Gracias por la confianza.

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