martes, 8 de octubre de 2013

De qué se trata, que recurro

Conozco a varias personas que les prohibieron seguir las noticias, ya que les provocan malestar y ansiedad. A mí también me provocan amargura, pero reconozco que aún no me pude desenganchar del hábito de seguir la actualidad, aunque sea tan negra como la que vivimos en estos tiempos.
Lo que me trae hoy al ordenador es el cinismo de los políticos del Principado y la falta de coherencia a la hora de oponerse a los asuntos. Hace pocos días escuchaba que el Principado pensaba recurrir las modificaciones de la Ley de Costas del Gobierno de España porque les parecía muy permisiva. Se trataba de unos cambios que podrían beneficiar a los particulares que están afectados por la normativa de Costas.  Pero el Principado se erige en el garante de la Ley de Costas más restrictiva y piensa oponerse y recurrir cualquier reforma.
Estos días está de plena actualidad la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que anula la gigantesca obra de la Regasificadora, la Joya de la Corona del Gobierno de Areces, construida en El Musel, el puerto de Gijón, en un área afectada por la Ley de Costas y por otras muchas. Por lo visto, esa infraestructura infringe y viola la normativa más elemental y no respeta, entre otras cosas, la distancia mínima con una zona habitada, que no es poco. Pues todo eso no tiene ninguna importancia para El Principado, aquí sí se puede vulnerar la ley de Costas y las otras, y, por eso, el Gobierno de Asturias va a recurrir la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
A un particular lo aburren con informes y contra informes para poner unas simples ventanas, pero ellos se atreven a hacer nada más y nada menos que una obra faraónica como la regasificadora sin conocer, o por lo menos, sin aplicar la normativa vigente.
Me pregunto si antes de recurrir la sentencia, ¿no sería más sensato pedir responsabilidades por semejante chapuza burocrática?. ¿O sólo se trataba de coger las subvenciones y correr?.
Otra obra que atenta contra las más elementales protecciones medioambientales es la mina de oro de Salve, en la rasa costera del Occidente asturiano, y, en línea recta, a muy pocos kilómetros del mar. Pues ahí, también se hacen los suecos y permiten ejecutar todo tipo de prospecciones.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo. Hay dos varas de medir, la que se aplican los " poderes públicos" y las que nos aplican a los ciudadanos que, no importa decirlo uno vez más, somos los que pagamos los desaguisados y sufrimos las consecuencias.

Unknown dijo...

Bien dicho. Está claro que hay dos varas de medir, la que se aplica a los "poderes públicos" y la de los ciudadanos que, no importa decirlo una vez más, somos los que pagamos los impuestos y sufrimos las consecuencias de tanta ineptitud.