domingo, 6 de enero de 2013

Primera mentira económica del año


Empezamos el año, como siempre, con una gran mentira económica: la de los Reyes, y magos. Flaco favor les hacemos a los pobres niños engañándoles con que son ricos y lo serán siempre, porque no van a tener más que pedir y se les dará, ¡por arte de magia!. Podíamos aprovechar la crisis para poner las cosas en su sitio, empezando por la fantasía de los Reyes. El Papa se cargó a la mula y el buey de un plumazo, pero nos dejó a los Reyes, que no se los puede creer ni el más ingenuo, aunque ahora nos diga que proceden de la península Ibérica, en vez del Oriente como siempre se nos predicó. No hay derecho a engañar a los niños de esa manera, aunque la mentira la pintemos como una obra de caridad ante los más pequeños, que no son tontos y también adoptaron a Papá Noël, otro mago que les trae los regalos a espuertas. ¡Qué gran error! fomentar la cultura del mínimo esfuerzo desde la cuna. Que en el fondo es la cultura de la subvención. Aquí todos queremos ordeñar la cartera del Papá Estado o de los papás biológicos. Todo menos afrontar la realidad. Y para esconderla bien la arropamos con carruajes y demás pompas y vanidades muy alejadas del espíritu de austeridad que debía encabezar el cortejo. Al final, una vez más a la Iglesia se le escapan de las manos todas sus celebraciones. Desde las bodas, las comuniones, los entierros, las fiestas de guarda, los Reyes, la Pascua, etc.
No me cansaré de criticar todo el falso entramado religioso-comercial, aunque ya sé que es ir a contra corriente. No por ello pierdo la esperanza de que un día impere la cordura.

No hay comentarios: