En los años ochenta, cuando trabajaba en Suiza en una fábrica de plásticos de la familia Lugon, Guillermina, la matriarca, natural de Valladolid, me recomendaba estudiar chino, en su opinión, el idioma del futuro. La verdad es que no le hice caso, pero reconozco que el futuro ya llegó y el chino nos va resultar más familiar de lo que podíamos esperar.
Para nosotros, occidentales espigados y blanquitos, los amarillos nos parecían demasiado pequeños, oscuros y lejanos. Pues ya están aquí -en Asturias y en todas partes- y entran por la puerta grande, sin complejos.
Primero fueron los empresarios Mittal, de la India, que ya son los dueños de nuestra ENSIDESA; ahora son los chinos, esos comunistas-capitalistas, que nos atraparon al financiar nuestra deuda y ahora nos hacen el favor de comprar nuestra principal eléctrica, sí la Hidroeléctrica del Cantábrico, esa empresa que parecía tan sólida y tan nuestra. Pues no, ya no es nuestra ni de lejos, por mucho que nos lo quieran maquillar y po rmucho que nos consideremos dueños de los ríos.
Cuando en los años ochenta nos enteramos que la empresa ALSA había puesto un autobús en China nos parecía que éramos los dueños de Asia y nos echamos a la bartola.
Todo esto me recuerda la fábula de la cigarra y la hormiga. Nosotros, cigarras que no pensamos más que en fiestas y vacaciones, sin mirar más allá de nuestro ombligo, nos pasamos los años dulces de la economía del bienestar derrochando hasta lo que no teníamos y empeñándonos hasta las cejas para comprar lo que no necesitábamos. Mientras, las hormigas chinas laboraban día y noche y ahorraban. Y ahí están, a la chita callando, haciéndose dueños del mundo y desbancando, de manera silenciosa, al otro Imperio.
Tienen la mayor hidroeléctrica del mundo (Tres Gargantas), pero quieren más y acaban de entrar en el negocio de la energía de Europa por la puerta de atrás que es Portugal, imagino que con un objetivo más amplio y no me extrañaría nada que muy pronto su tendido eléctrico conecte Lisboa con Pekín.
Mis mejores recuerdos para Guillermina Lugon, una trabajadora infatigable, hecha a sí misma y pionera en el negocio del plástico en los tubos de ensayo de los hospitales, junto a su esposo e hijos. En los ochenta, cuando en España ni se conocían los actuales tubos de colores, ellos los fabricaban por millones, pero sus principales clientes eran los países árabes.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
lunes, 26 de diciembre de 2011
miércoles, 21 de diciembre de 2011
En recuerdo de Gaspar García Laviana
Ya sé que tocaría hablar del Gobierno, pero prefiero salirme por las ramas y otear horizontes más amplios. Este mes se cumplen los 33 años de la muerte del misionero-guerrillero asturiano, Gaspar García Laviana, fallecido en Nicaragua el 11 de diciembre de 1978 a manos del ejército de Somoza, que tendió una emboscada el grupo guerrillero sandinista del que formaba parte el Comandante Martín, nombre de guerra en honor al patrón de San Martín del Rey Aurelio, concejo en el que nació en 1941. Gaspar decidió echarse al monte en el momento que comprobó los recortes que el régimen somocista impuso a la educación de los más desfavorecidos, en éste caso, los niños de los poblados de sus parroquias en Tola o San Juan del Sur. Imagino que la decisión tuvo que ser dura, pero según sus palabras, no le quedaba otra alternativa. Admiro a las personas que dan la vida por los demás, o por un ideal: político o religioso. En su caso, Gaspar tenía mucha fe en los sandinistas, que más tarde llegarían al poder. La borrachera del éxito les llevó a hacer muchas tonterías que Gaspar no habría aprobado y que los nicaragüenses castigaron quitándoles de las instituciones. En los últimos meses les han dado otra oportunidad para demostrar lo que pueden hacer por Nicaragua.
Tuve la oportunidad de conocer los dominios de Gaspar García Laviana en Nicaragua en el año 1998, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su muerte. A pesar del tiempo y de las nuevas generaciones, el misionero asturiano seguía muy presente en las mentes y las casas de San Juan del Sur, donde se veneraba su figura, que presidía los hogares. Algo parecido sucedía en la vecina localidad de Rivas, cuyo hospital lleva el nombre del misionero, que preside el acceso con un gran mural de su retrato, a lo Che Guevara. Dice el economista Niño Becerra que las revoluciones en el primer mundo ya no están de moda, quizás por peligrosas. Imagino que Gaspar, como estaba en otro mundo más miserable, fue uno de los románticos en dar la vida por unos ideales sociales, vistos desde un prisma religioso. A él no le salió bien la jugada, porque le fue la vida en ello, pero es posible que su sacrificio sí haya servido para dignificar la enseñanza en ése país. Y lo digo desde el conocimiento de otra experiencia misionera, la del dominico leonés, Gregorio Barreales, formado en Corias (Cangas del Narcea) director de la Escuela de Agricultura de Rivas, que desempeña una labor fundamental en el desarrollo del país centroamericano. Aunque en Europa, especialmente en España, el campo está considerado de segunda división, al otro lado del charco aún le dan una oportunidad a los agricultores profesionales. Y la Escuela de Rivas es un vivero de iniciativas y una pantalla ejemplar.
viernes, 9 de diciembre de 2011
Euro-K
A partir de hoy, 9 de diciembre de 2011, Europa se escribe con K, la K que lucen en su apellido el presidente de la República Francesa, Nicolás SarKozy, la canciller alemana Angela MerKel e, incluso, el presidente del eurogrupo, Jean-Claude JunKer. También se podría añadir la K de MerKados y la de Kameron, Primer Ministro Británico.
Hace semanas que MerKel y SarKozy preparaban el terreno para mentalizarnos del revés que recibimos en las últimas horas y que empieza por una férrea disciplina fiscal. Nos lo pusieron tan feo y tan negro, que ahora casi nos parece normal. Aparentemente, en la cumbre han realizado un gran esfuerzo para sacarnos del arroyo a los pobres súbditos, pero en el fondo es un latigazo que no sé cuándo nos repondremos de él. Es todo como de broma porque, en principio, los políticos del cónclave intentan hacernos ver que están trabajando hasta la extenuación por nuestro bien, para salvarnos del desastre. Cuando nuestro único pecado en éste desaguisado ha sido dejarnos llevar al matadero por los propios políticos, entregados en cuerpo y alma al Kapital, a los merKados y a todo aquello que huela a dinero. A esos merKados abstractos les dejaron enriquecerse y maquinar con nosotros a sus anchas, pero como son insaciables, ahora quieren más. Y la clave está en cómo aplacar a ésa fiera que sigue hambrienta, y no se contenta con huesos, quiere Karne, y de la buena. Y esa K, de Karnaza, somos nosotros, pobres fierecillas a las que dejan protestar y desfogarse en las calles, cinco minutos antes de desplumarnos y echarnos al circo para ser pasto de las fieras.
Los británicos, que suelen ir por libre, intentan desmarKarse, pero no los dejarán ir muy lejos, ya que, si Europa es un buque a la deriva, las islas tienen que servir, por lo menos, de bote salvavidas. Con permiso de Angela MerKel y Nicolas SarKozy.
Me gusta que sea una mujer, aunque sea MerKel, la que lleve la voz contante. Yo, que soy nórdiKa de España y tengo mentalidad de la Europa nórdiKa, me parece bien que nos marquen el camino de la buena administración, aunque veo imposible que se pueda llevar a cabo de la noche a la mañana. Porque, ¿quien mentaliza a nuestros políticos de que no pueden gastar más de lo que recaudan. Y de que hay unas prioridades elementales de gasto?. Imagino y deseo que seamos los propios contribuyentes, ciudadanos y administrados, quiénes les saquemos los colores a la primera de cambio. Quiénes ridiculicemos sus excentricidades. Eso sí sería demoKracia.
La otra K de hoy es la de Kirk Douglas, que cumple 95 años. Pero ésa es otra historia.
Hace semanas que MerKel y SarKozy preparaban el terreno para mentalizarnos del revés que recibimos en las últimas horas y que empieza por una férrea disciplina fiscal. Nos lo pusieron tan feo y tan negro, que ahora casi nos parece normal. Aparentemente, en la cumbre han realizado un gran esfuerzo para sacarnos del arroyo a los pobres súbditos, pero en el fondo es un latigazo que no sé cuándo nos repondremos de él. Es todo como de broma porque, en principio, los políticos del cónclave intentan hacernos ver que están trabajando hasta la extenuación por nuestro bien, para salvarnos del desastre. Cuando nuestro único pecado en éste desaguisado ha sido dejarnos llevar al matadero por los propios políticos, entregados en cuerpo y alma al Kapital, a los merKados y a todo aquello que huela a dinero. A esos merKados abstractos les dejaron enriquecerse y maquinar con nosotros a sus anchas, pero como son insaciables, ahora quieren más. Y la clave está en cómo aplacar a ésa fiera que sigue hambrienta, y no se contenta con huesos, quiere Karne, y de la buena. Y esa K, de Karnaza, somos nosotros, pobres fierecillas a las que dejan protestar y desfogarse en las calles, cinco minutos antes de desplumarnos y echarnos al circo para ser pasto de las fieras.
Los británicos, que suelen ir por libre, intentan desmarKarse, pero no los dejarán ir muy lejos, ya que, si Europa es un buque a la deriva, las islas tienen que servir, por lo menos, de bote salvavidas. Con permiso de Angela MerKel y Nicolas SarKozy.
Me gusta que sea una mujer, aunque sea MerKel, la que lleve la voz contante. Yo, que soy nórdiKa de España y tengo mentalidad de la Europa nórdiKa, me parece bien que nos marquen el camino de la buena administración, aunque veo imposible que se pueda llevar a cabo de la noche a la mañana. Porque, ¿quien mentaliza a nuestros políticos de que no pueden gastar más de lo que recaudan. Y de que hay unas prioridades elementales de gasto?. Imagino y deseo que seamos los propios contribuyentes, ciudadanos y administrados, quiénes les saquemos los colores a la primera de cambio. Quiénes ridiculicemos sus excentricidades. Eso sí sería demoKracia.
La otra K de hoy es la de Kirk Douglas, que cumple 95 años. Pero ésa es otra historia.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Y el Gobierno de Europa, ¿cuándo se va a apretar el cinturón?
Las noticias de hoy nos sirven dos imágenes femeninas en primera línea de crisis. Por una parte, en Roma, la ministra italiana de Trabajo, Elsa Fornero, que rompe a llorar en el momento de anunciarles a sus conciudadanos los recortes presupuestarios que afectarán a su calidad de vida. Un poco más al Norte, en París, la canciller alemana Angela Merkel, pisa las alfombras con paso firme en busca de una salida a ésta encrucijada en la que nos encontramos.
Y ante tanto desastre y tanta desolación, yo me pregunto, ¿cuándo se va a apretar el cinturón el Gobierno de Europa?. Ya sé que no existe un gobierno en el sentido estricto de la palabra, pero sí tenemos una Comisión, que es lo más parecido. Ésa Comisión que ha sido implacable a la hora de aplicar políticas restrictivas (y no precisamente justas y equitativas), tanto en pesca, como en siderurgia, en carbón, en agricultura. Ésa Comisión que se gasta el dinero de los Estados a manos llenas y que aún no emitió ningún propósito de enmienda, aunque no sea más que para dar ejemplo. Esa Comisión, que al igual que el Consejo o el Parlamento, se llenó de funcionarios, asesores, consultores y burócratas tan prescindibles, a buen seguro, como sus homólogos de los países miembros que se ven en apuros, con sueldos congelados y prebendas suspendidas.
Ya me gustaría escuchar del presidente de la Comisión, Durao Barroso, un mensaje de empatía con el entorno y un mea culpa, en el que se demuestre que ellos también se sienten Europa, y no una ínsula alrededor del Rond-Point Shuman, en medio de Bruselas.
Si los Estados están mal, y el dinero que mueve la Comisión procede de sus arcas, qué menos que salir al paso con una amplia lista de medidas contra el dispendio. Porque todo el que haya estado cerca de las instituciones comunitarias sabe que ahí se derrocha de lo lindo, pero nadie dice nada, porque a todos les va muy bien. Se sabe eso, lo mismo que sabíamos que los ayuntamientos malgastaban nuestros impuestos; que las comunidades autónomas eran unas manirrotas con su recaudación tributarias y que el Gobierno central no sabía ni contar, de lo contrario se habría dado cuenta hace tiempo, que la caja estaba vacía.
Que sean Merkel y Sarkozy los que lleven la voz cantante y marquen las pautas a seguir para salir del atolladero debía ser también un toque de atención para la Comisión y su futuro.
Ayer lo decía Delors, que el invento del euro no tenía buenos cimientos y por eso se tambalea ahora. Los burócratas se alimentan de burocracia, y si no la tienen, se la inventan y se lo pasan en grande. Y, mientras, a los demás nos meten en un círculo vicioso y en una espiral que, lejos de dejarnos salir, nos engulle cada día más.
Ahora sólo nos queda gritar: auxiiiiiiiiiiiiiiiiiilioooo
Y ante tanto desastre y tanta desolación, yo me pregunto, ¿cuándo se va a apretar el cinturón el Gobierno de Europa?. Ya sé que no existe un gobierno en el sentido estricto de la palabra, pero sí tenemos una Comisión, que es lo más parecido. Ésa Comisión que ha sido implacable a la hora de aplicar políticas restrictivas (y no precisamente justas y equitativas), tanto en pesca, como en siderurgia, en carbón, en agricultura. Ésa Comisión que se gasta el dinero de los Estados a manos llenas y que aún no emitió ningún propósito de enmienda, aunque no sea más que para dar ejemplo. Esa Comisión, que al igual que el Consejo o el Parlamento, se llenó de funcionarios, asesores, consultores y burócratas tan prescindibles, a buen seguro, como sus homólogos de los países miembros que se ven en apuros, con sueldos congelados y prebendas suspendidas.
Ya me gustaría escuchar del presidente de la Comisión, Durao Barroso, un mensaje de empatía con el entorno y un mea culpa, en el que se demuestre que ellos también se sienten Europa, y no una ínsula alrededor del Rond-Point Shuman, en medio de Bruselas.
Si los Estados están mal, y el dinero que mueve la Comisión procede de sus arcas, qué menos que salir al paso con una amplia lista de medidas contra el dispendio. Porque todo el que haya estado cerca de las instituciones comunitarias sabe que ahí se derrocha de lo lindo, pero nadie dice nada, porque a todos les va muy bien. Se sabe eso, lo mismo que sabíamos que los ayuntamientos malgastaban nuestros impuestos; que las comunidades autónomas eran unas manirrotas con su recaudación tributarias y que el Gobierno central no sabía ni contar, de lo contrario se habría dado cuenta hace tiempo, que la caja estaba vacía.
Que sean Merkel y Sarkozy los que lleven la voz cantante y marquen las pautas a seguir para salir del atolladero debía ser también un toque de atención para la Comisión y su futuro.
Ayer lo decía Delors, que el invento del euro no tenía buenos cimientos y por eso se tambalea ahora. Los burócratas se alimentan de burocracia, y si no la tienen, se la inventan y se lo pasan en grande. Y, mientras, a los demás nos meten en un círculo vicioso y en una espiral que, lejos de dejarnos salir, nos engulle cada día más.
Ahora sólo nos queda gritar: auxiiiiiiiiiiiiiiiiiilioooo
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