La primera foto con mi teléfono nuevo se la hice a los guisantes de ésta temporada. Me llama la atención el interés que despierta la entrada que escribí hace justo un año, a propósito de la recolección de los primeros guisantes. Es rara la semana que no tenga varias visitas a ése texto.
No sé si se debe a que muchas personas se están animando a hacer huertos particulares como medio de entretenimiento, o si la crisis les ha forzado a volver la mirada a las tierras abandonadas.
Cualquiera de los dos casos es un buen pretexto para animarse a comer un poco más sano. Por lo menos, sabemos lo que comemos. Y como lo vamos a comer nosotros, nos miraremos muy mucho para utilizar pesticidas, aunque en muchos casos de plagas y enfermedades de las plantas, no quede más remedio que recurrir a la química.
Por supuesto que yo, para matar las larvas que invaden las hojas de una docena de coliflores o repollos, no utilizo ninguna ayuda que no sean mis manos. Pero imagino que en una plantación extensiva, no quedará más remedio que aplicar métodos más rápidos y rentables.
Curiosamente, los guisantes, al menos en Asturias, no se ven afectados por ningún tipo de plaga o enfermedad. Es una delicia verlos crecer y disfrutar de su floración.
En realidad, a esto se llama salir por la tangente, porque lo que pedía hoy es hablar o escribir del RESCATE a España, pero como no se le puede llamar RESCATE, y como ni el propio ministro De Guindos sabía como llamarlo ni cómo contárnoslo, a juzgar por todas las veces que tartamudeó, o se apoyó en las palabras para pensar lo que iba a soltar, pues lo mejor es hablar de guisantes.
Es bueno que nos vayamos entrando para volver a la dieta mediterránea pura, porque para devolver los 100 mil millones de euros que tomaremos prestados, tenemos que apretarnos mucho el cinturón. Y a mí que no me digan que esa cantidad no nos repercutirá a los españolitos de andar por casa, que por ahí no paso. Quién sino, los va a pagar, o devolver, pues los paganos de siempre.
Por eso, no me extraña que la gente se interese por el cultivo y recolección de guisantes.
Un proverbio chino dice que vale más una buena crítica que mil elogios. Aquí haremos crítica constructiva para dar voz a los que no pueden hacerse oír en la Aldea Global de la que formamos parte y que, curiosamente, nos satura de información. Un ruido que nos aturde y nos impide distinguir el grano de la paja; la cordura de la herejía. Dedicado a Mariano José de Larra(1809-1837), autor del grito: ¡Escribir en España es llorar! y a quienes pensaron lo mismo, pero no se atrevieron a decirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario