Rosalía de Castro nació el 24 de febrero de 1837, una efeméride que me encanta traer a las páginas de este blog.
Había estudiado a Rosalía, había leído alguno de sus poemas y me sabía de memoria otros que sirvieron de letra para varias canciones, pero hasta fechas recientes no había reparado con detalle en su persona, su personalidad y su obra.
A pesar de todos los contratiempos y de todas las zancadillas, tuvo el valor de escribir y de publicar en una época que las mujeres casi no tenían derecho ni a pensar. Además tuvo la osadía de escribir en gallego, una lengua inculta hasta entonces. Imagino que por eso la dejaron publicar, porque imaginaban que su trabajo en gallego no tendría mucho recorrido. Afortunadamente, también en esto fue una adelantada a su tiempo.
Rosalía nos dejó una maravillosa crónica de su tierra, y por extensión de España, tanto en verso como en prosa. La Galicia rural y pesquera; la de los jornaleros y de los arrieros; la de los emigrantes y los huérfanos. La Galicia de las viudas de vivos y muertos; del saudade y la morriña. La Galicia verde y azul de los valles y el mar; de las flores y las hojas; de los ríos, fuentes y regatos; cementerios y romerías; del llanto y la gaita.
También impresiona leer a la Rosalía, crítica con el trato y la explotación que sufrían los jornaleros gallegos en el resto de España.
Por todo eso, y por mucho más, le dedico una de mis camelias, la rosa de invierno que tanto abunda en su Galicia natal y también en Padrón, en los jardines de su Casa-Museo.
¡Buen camino!
Había estudiado a Rosalía, había leído alguno de sus poemas y me sabía de memoria otros que sirvieron de letra para varias canciones, pero hasta fechas recientes no había reparado con detalle en su persona, su personalidad y su obra.
A pesar de todos los contratiempos y de todas las zancadillas, tuvo el valor de escribir y de publicar en una época que las mujeres casi no tenían derecho ni a pensar. Además tuvo la osadía de escribir en gallego, una lengua inculta hasta entonces. Imagino que por eso la dejaron publicar, porque imaginaban que su trabajo en gallego no tendría mucho recorrido. Afortunadamente, también en esto fue una adelantada a su tiempo.
Rosalía nos dejó una maravillosa crónica de su tierra, y por extensión de España, tanto en verso como en prosa. La Galicia rural y pesquera; la de los jornaleros y de los arrieros; la de los emigrantes y los huérfanos. La Galicia de las viudas de vivos y muertos; del saudade y la morriña. La Galicia verde y azul de los valles y el mar; de las flores y las hojas; de los ríos, fuentes y regatos; cementerios y romerías; del llanto y la gaita.
También impresiona leer a la Rosalía, crítica con el trato y la explotación que sufrían los jornaleros gallegos en el resto de España.
Por todo eso, y por mucho más, le dedico una de mis camelias, la rosa de invierno que tanto abunda en su Galicia natal y también en Padrón, en los jardines de su Casa-Museo.
¡Buen camino!
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