viernes, 9 de mayo de 2014

Europa, una tarea inacabada

Muchos ciudadanos dan la espalda a la Unión Europea.
Europa, una tarea inacabada, es el título de un libro de Antonio Sánchez-Gijón que compré en el año 1975, cuando yo creía en la Europa que estaba al otro lado de los Pirineos españoles. Casi cuarenta años después tengo tal desconcierto que ya ni sé donde empiezan ni donde acaban los Pirineos, creo que están a la altura de Siberia, y al otro lado también hace mucho frío en el sentido literal y figurado.
Hoy seguro que se celebró el Bruselas y otros muchos sitios el Día de Europa. Yo también lo viví allí varios años y ya entonces me desengañé de la idea de Europa, así que a estas altura me parece que no hay mucho que celebrar.
Esa Europa sigue tan inacabada como en el año 75, a pesar de que entonces eran poco más de media docena de países y hoy están en 28, con 24 idiomas oficiales. Sólo con el dato de los idiomas y las religiones es suficiente para ver que es imposible gobernar a ese grupo tan heterogéneo, a pesar de que 18 de esos estados ya tienen una moneda común que es el euro.
Esa maquinona de burocracia tiene que descarrilar y aligerar peso, pero a los políticos y funcionarios de la Unión no les interesa y los demás poco podemos hacer para cambiarlo.
Borja, en El Fielato, nos anima esta semana a votar para cambiar. No me parece que sea tan fácil.
Necesitamos un Shuman, un Monnet, o un Delors, pero no veo donde se pueden encontrar hoy estadistas que puedan llevar la idea de Europa a buen puerto. Sólo se me ocurren oportunistas y arrivistas, y de esos no nos interesan, porque nos van a hundir más en el hoyo.

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