martes, 25 de febrero de 2014

Alguna sonrisa y muchas lágrimas

El musical Sonrisas y lágrimas se representó este mes de febrero en el Teatro Campoamor de Oviedo y tuve la oportunidad de asistir. Me reí un par de veces y el resto podría haber llorado a lágrima viva. En el programa de mano nos adelantan que lo recordaremos toda la vida y creo que no se equivocan.
La historia arranca en un convento donde pretende ingresar una novicia que no se adapta a las normas monacales. Y las monjas, que son muy listas, la envían como institutriz de siete niños, huérfanos de madre. En aquella familia austriaca, de alto poder adquisitivo, se respira, desde la llegada de la nueva niñera, un ambiente pre bélico que a cualquiera con dos dedos de frente le pone los pelos como escarpias al revivir parte de la historia reciente de Europa.
Se ven los movimientos soterrados de todos los protagonistas, tomando posiciones para cuando llegue el momento de situarse. Allí es evidente el oportunismo, el fanatismo, el revanchismo, la ignorancia, el patriotismo y los instintos más bajos del ser humano. Y también los más altos, resumidos en ese momento que el joven cartero, convertido en militar, se encuentra cara a cara con los nueve huidos (los niños, su padre y la ex novicia enamorada) y les perdona la vida.
En esa escena se habrán visto reflejadas muchos hombres y mujeres implicados en guerras fratricidas. Y esas personas sensatas pueden dar fe de que la vida, como el Musical, tiene muchas más lágrimas que sonrisas.


lunes, 10 de febrero de 2014

La República se asoma a la ventana

En la fachada principal de la Casa Consistorial están plantados, a pie de calle, cuatro mástiles de los que penden otras tantas banderas: Europa, España, autonomía y municipio. Pero asomada a la ventana del último piso del edificio, justo debajo del reloj, que marca las dos y veinte de la tarde, podemos ver una quinta bandera tricolor, de pequeño tamaño, pero que se ve, o llama la atención, mucho más que las otras cuatro juntas, plegadas sobre sí mismas. Es la bandera de la República española, estirada en una de las hojas del ventanal. No sé quien trabaja detrás de esos cristales, ni quien colocó el símbolo republicano, pero lo que sí consigue es que la reivindicación no pase desapercibida para todos los que pasan por la plaza del Ayuntamiento.
 
 
 

domingo, 9 de febrero de 2014

¡Salvemos los edificios del complejo hospitalario de Oviedo!

Hospital de Silicosis
Desde mediados del siglo XX hasta hoy, los asturianos habíamos conseguido crear un complejo sanitario exclusivo, situado a las afueras de Oviedo, en la zona más alta de la ciudad.
Allí, a lo largo de medio siglo se levantaron cuatro hospitales. El Hospital General, el primero de Asturias de esas dimensiones y categoría, fue, durante décadas, una referencia en la medicina española.
Cuando se quedó pequeño se levantó la Residencia Sanitaria y dos centros especializados como el Materno Infantil y el Hospital de Silicosis, único en su género.
A la sombra de los hospitales se levantó la facultad de Medicina, las escuelas de Enfermería; Fisioterapia, entre otras.

Hospital Materno Infantil
Pues todo esto se les quedaba pequeño a los políticos del siglo XXI y se inventaron un nuevo hospital en el otro extremo de la ciudad. Un hospital que nos costó y nos costará lo que no tenemos, con lo cual estamos endeudados hasta las cejas. Y como los políticos, en este caso socialistas, sólo saben traficar con el suelo, no se les ocurre nada más original que derruir los cuatro hospitales, dejarlos en escombros, para liberar metros cuadrados que se venderán y se volverán a edificar, y así nos pasamos la vida, haciendo y deshaciendo, sin avanzar.
 Creo que aún estamos a tiempo de actuar para frenar la falta de cordura de los políticos que quieren derruir edificios en perfecto estado, con cientos de habitaciones con baño y cientos de miles de metros cuadrados construidos.

Hospital General -derecha- y anexo. 
Para sí quisieran un localín esos empresarios y emprendedores que tienen que empeñarse y endeudarse hasta los dientes para conseguir un techo bajo el que poder llevar a cabo sus ideas.
Para sí lo quisieran aquellos que no se pueden permitir el lujo de pagar un alquiler, pero sí están dispuestos a compartir un techo. (Sé lo que es vivir de alquiler con derecho a cocina).
Ya les gustaría a muchos estudiantes, interesados en independizarse, poder disfrutar de una de esas habitaciones con baño.
Para sí lo quisieran muchos ancianos que no se pueden permitir los precios de una residencia.
A pesar de todo, creo que lo más sensato sería convocar un concurso de ideas. Seguro que salen iniciativas interesantes y prácticas.

Lateral de la Residencia Sanitaria
No podemos permitir que tiren unos edificios nuevos. No se puede decir que un edificio de medio siglo es viejo. Esa es la media de edad que tienen más de la mitad de las casas que existen en Asturias y a ninguna comunidad de vecinos ni a ningún particular, se le ocurre tirar la casa porque tenga una gotera, una fuga de agua o una grieta en la fachada.
Además, en este caso, como se ve en las fotografías, se trata de edificios sólidos, bastante bien conservados, y con amplias zonas verdes y de aparcamiento.