Cartel publicitario de CajAstur. |
Quiero dar la bienvenida a la Tierra a esos dirigentes de la Caja de Ahorros que durante años levitaron por las alturas, se ensimismaron mirando a los tontos cómo les llevaban sus ahorros para que ellos los dilapidaran a diestro y siniestro. (Me remito a las trampas que les tendieron a miles de ahorradores que se fiaron de su palabra y a cambio les limpiaron las libretas de ahorro).
Quiero dar la bienvenida a la Tierra a esos ejecutivos que creyeron que el banco era suyo, por listos, y el dinero de los tontos, que no sabían hacer con ello nada mejor que encomendárselo para que lo fundieran, en el amplio sentido de la palabra.
Mis felicitaciones a los creativos de la campaña de publicidad que colocan a La Caja con los pies en la Tierra, aunque sea un poco tarde, porque ahora está hecha unos zorros. En La Felguera acaban de poner en marcha un ERE que dejó temblando a media oficina y me imagino que no será el único.
Qué cínicos cuando en letra pequeña se atreven a decir: "Este es nuestro paisaje. Legado de años de esfuerzo de quienes hemos estado y seguiremos estando aquí. Juntos hemos avanzado con determinación. Sabemos que nadie va a regalarnos el futuro, pero juntos lo vamos a ganar. Porque somos únicos. Nosotros tenemos los pies en la Tierra". ¡Madre mía!, que se atrevan a decir que ellos contribuyeron a mantener el paisaje, cuando intentaron comprar media Asturias para llenarla de hormigón. Afortunadamente, la crisis, las vacas flacas los colocaron en su sitio, pero para esa hora ya habían hecho mucho daño a mucha gente inocente.
Habría que decirles a quienes están detrás de esa frase tan falsa que tener los pies en la iterra es muy duro, que hay que trabajar mucho y ganarse el pan con el sudor de la frente. ¡Qué saben ellos de tener los pies en la Tierra!. Ellos sí saben lo que es aprovecharse todo lo que pueden de los que tienen los pies en la Tierra, de los que trabajan la Tierra, o de los que la trabajaron. Muchos jubilados y pensionistas que vieron volar sus ahorros por la mala gestión de esos fantasmas de cuello blanco, parapetados en oficinas con calefacción para el invierno y aire acondicionado para el verano, con lo cual, no tienen ni idea de lo que es tener los pies en la Tierra.
¿Cómo es posible que todos esos, que durante años estuvieron en las nubes y ahora nos anuncian que están en la Tierra, no tengan que dar cuentas ante nadie por la mala gestión y la pésima administración de los ahorros ajenos?
Mi solidaridad con todas las personas y familias que fueron engañadas de mala fe.